El presidente del PP,
Mariano Rajoy, instó ayer a los dirigentes del PP a centrarse en consolidar la recuperación económica y trabajar para ganar las próximas elecciones en lugar de distraerse con cuestiones "irrelevantes". Pero esas cuestiones "irrelevantes" son las que precisamente le reclamaban algunos sectores del partido y presionaban a Rajoy para que actuara, para que cambiara algo, en suma, tras el fracaso electoral en Andalucía y las malas perspectivas en algunas regiones y grandes ayuntamientos de cara a las elecciones de mayo.
Por eso muchos opinan hoy que en realidad Rajoy sólo ha retrasado la crisis interna en el PP un mes y medio, hasta el 24-25 de mayo, una vez que se conozcan los resultados de las urnas y la voz de la calle. Si el PP toca fondo y pierde grandes regiones donde ha sido fuerte durante décadas, como la Comunidad Valenciana, por citar un ejemplo, sería un motivo más de presión para Rajoy, que si bien hoy por hoy no tiene rivales para ser el candidato del PP a las elecciones generales de noviembre-diciembre, sí encontraría próximamente muchos problemas para repetir en el puesto.
Rajoy asumió que los ciudadanos pueden recriminar al PP "con razón" por haberles defraudado en algunas cosas y por los
casos de corrupción, pero subrayó que se ha acertado en lo importante, sin darle más importancia, algo que muchos han considerado un falso arrepentimiento. Respecto a esos casos, dijo que la respuesta será explicar que están "abochornados", pero que no existe "impunidad" y que se han hecho las reformas precisas para castigar esos comportamientos.
Rajoy sí que dedicó una mención muy intencionada a la secretaria general,
María Dolores de Cospedal, que, indicó, ha tenido que lidiar situaciones muy complejas y muy difíciles. Ella ha estado en boca de todos estos días porque se considera que el sector crítico a Rajoy y Cospedal pretendía mover el papel de
Javier Arenas en el partido, e incluso se habló de un candidato de consenso para ese puesto de 'número dos', el gallego
Alberto Núñez Feijóo.
En la prensa, distintos matices reflejan la interpretación de la intervención de Rajoy ante la Junta Directiva Nacional del PP. Por ejemplo, el diario EL PAÍS destaca en su titular de primera que "Rajoy exige unidad, disciplina y lealtad a las siglas del PP". Ya en páginas interiores, resalta que reivindicó "el peso de la marca PP". Al respecto, LA RAZÓN dice que "Rajoy pide al PP que exhiba su 'orgullo'". Según ABC, Rajoy abroncó "a los críticos" y exigió unidad ante la inminencia del 24-M. También EL PERIÓDICO considera que reprendió a los dirigentes del partido, evitó autocríticas y "se aferra a la economía". En este punto, LA VANGUARDIA apunta que "Rajoy esgrime su gestión como aval electoral e insta al PP a no enredarse". Por su parte, EL MUNDO señala que "Rajoy exige al PP que explique bien su gestión económica". Este diario destaca en su portada que "Rajoy convence al partido de que lo mejor es no hacer nada". De igual modo, ABC titula en su primera: "Todo igual... hasta el 25 de mayo".
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