Pese a la que está cayendo, con unos déficits increíbles en
las cuentas públicas y con varias comunidades autónomas casi en la bancarrota;
con el incumplimiento de sus promesas de no subir impuestos, y pese a las
durísimas medidas económicas que está adoptado su gobierno, el presidente
Mariano Rajoy no hará ninguna comparecencia pública hasta después del Consejo
Europeo del próximo 30 de enero. Por otro lado, el próximo lunes el presidente
francés, Nicolás Sarkozy, visitará oficialmente España. Será la primera reunión
que Rajoy mantendrá con un dignatario extranjero.
La vicepresidenta primera del Gobierno,
Soraya Sáenz de
Santamaría, ha considerado 'lógico' que
Mariano Rajoy no comparezca en tanto no
pacte con Europa nuevas medidas a adoptar en España. Y, sobre todo, el darle
tiempo suficiente -40 días, en este caso- para haberse asentado en la
Presidencia del Gobierno, dado que el debate de investidura fue hace nada.
Prácticamente toda la oposición política ha pedido la
comparecencia parlamentaria de Rajoy para explicar las durísimas
medidas de ajuste que su Gobierno está llevando a cabo. Parecía que el Grupo
Parlamentario Popular cedería y que Rajoy comparecería la próxima semana en un
pleno parlamentario. Pero nada de eso: la agenda política del presidente pasa
por un mutismo personal absoluta, y que sean la vicepresidenta primera y los
respectivos ministros del área económica los que den la cara en una situación
calificada por el propio Gobierno de "excepcional".
Así que habrá que esperar hasta los primeros días de febrero
para escuchar de boca de Mariano Rajoy las durísimas medidas de ajuste que ya ha
adoptado el Gobierno y que se verán ampliadas en lo que resta de mes. La
explicación dada es que es preferible esperar a ver qué sucede en el importante
-y puede que fundamental- Consejo Europeo del 30 de enero, en el que todos los
países tendrán que someterse a un repaso concienzudo de sus economías. Será ése
el momento diseñado estratégicamente por el Ejecutivo para que el presidente
explique de una sola vez los recortes, las subidas de impuestos, el plan
antifraude y otras medidas adoptadas o a adoptar en el futuro.
No obstante, este jueves, en la rueda de prensa tras el
Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera, Soraya Sáenz de Santamaría, ha
dicho, sin embargo, que "
estamos en una situación excepcional que requiere
medidas excepcionales"; unas medidas que serán "más duras de lo
previsto" porque la situación también es "más dura y difícil de lo
previsto". Tanto, que incluso
se va a mirar con lupa las retribuciones de los directivos cuyos bancos o cajas de ahorro hayan sido intervenidos o haya utilizado dinero del FROB.
Pero hay más. Sáenz de Santamaría ha anunciado que lo viene
ahora será "duro", por lo que las medidas tendrán igual calificativo
de "dureza". Todo ello, según la vicepresidenta, por la terrible
herencia del Partido Socialista, que no sólo no ha cumplido con la previsión de
rebajar el déficit público al 6 % -habrá dos puntos de desviación, que suponen
otros 20.000 millones de euros adicionales-, sino que tampoco se han cumplido
las expectativas sobre la Seguridad Social,
que va a cerrar 2011 con un déficit
del 0,06 % del PIB en vez de con un superávit del 0,4 % como preveía el
Gobierno de
Zapatero.
Eso sí, Sáenz de Santamaría ha garantizado que el Estado
pagará las pensiones: "Quiero enviar un mensaje de tranquilidad: se pagarán
las pensiones. Pero este país necesita medidas extraordinarias, porque
extraordinaria es la situación. La realidad es más dura de lo que
pensábamos".
Y pese a esa 'dura realidad', Rajoy tampoco comparecerá ante
los medios de comunicación. No están previstas ruedas de prensa, declaraciones
ni nada parecido. Aunque, tal vez, Rajoy salga a las ondas con
Nicolás Sarkozy el
próximo lunes. O no.