Según aseguró Ana Botella en la rueda de Prensa de este jueves, en la madrugada del 1 de noviembre había un 43 por ciento más de efectivos de Samur-
Protección Civil y Policía desplegados en Madrid que en la misma noche
de 2011 (341 agentes, 13 médicos, 8 enfermeras, 1 psicólogo y 4
técnicos). La razón fue, tal y como explicó la alcaldesa, el incremento
de las fiestas de Halloween programadas en la ciudad. Sin embargo,
fuentes sindicales aseguran que los efectivos eran los de cualquier
noche normal. Estaban desplegadas 7 UVI, 2 VIR, 10 ambulancias básicas y
3 básicas de voluntarios.
Ninguna de estas ambulancias estaba destinada al Madrid Arena la noche del suceso porque
no se había contratado ni acordado ningún servicio preventivo entre
Ayuntamiento y Diviertt S.L., según la plataforma sindical de Samur.
Estaba presente, no obstante, el equipo médico del doctor Simón Viñals,
compuesto por el propio exconcejal municipal y su hijo, así como de dos
ATS. Además, había una ambulancia de la compañía Europa.
Las primeras llamadas que llegaron a la emisora de Samur fueron
motivadas por intoxicaciones etílicas. El jefe de servicio en la base de
emergencias mandó una ambulancia de voluntarios a avenida de Portugal,
donde estaba el macrobotellón, que tardó dos minutos en llegar, y otra a
la entrada denominada de la Estrella, que tardó seis minutos. La
primera unidad, cuando llegó, avisó de que había dos personas con
paradas cardiorrespiratorias en el botiquín del recinto.
Asalto a la ambulancia
Fue entonces cuando acudió una UVI móvil, que llegó en 6 minutos, a la que le costó mucho llegar porque la masa de gente trataba de parar la ambulancia para que atendiesen borracheras y otros problemas de salud de los asistentes.
"Incluso intentaron asaltarla, aunque eso ocurre a veces en este tipo
de casos", aseguró un trabajador con experiencia. Cuando llegaron al
botiquín, confirmaron que había dos de las chicas en parada
cardiorrespiratoria por lo que se empezó a practicar la reanimación
cardiopulmonar a una de ellas.
Ante la situación que se encontraron, se solicitó a la central más
unidades. Paralelamente se recibieron más avisos de paradas, mientras
una tercera chica era trasladada al botiquín. Se enviaron, por tanto,
cinco UVIs móviles más. Cuatro de ellas para atender otras tantas
paradas y otra de apoyo. "No sabíamos que íbamos a encontrarnos. De
hecho, estuvo a punto de activarse el dispositivo para catástrofes con
gran número de muertos", comenta un trabajador. Las ambulancias entraron por tres entradas distintas para responder a las alertas. En esta ocasión, la Policía Municipal tuvo que abrir paso a los vehículos de emergencias para llegar a tiempo.
Según los trabajadores consultados, hubo momentos de descontrol. "No
sabíamos que estaban haciendo las otras unidades. Nos dedicamos a
nuestros pacientes", comenta un portavoz de la plataforma que estuvo en
el suceso. Fuentes de los trabajadores calculan que el equipo completo
pudo por fin coordinarse a los ocho minutos de entrar en Madrid Arena.
Mientras tanto, todas las paradas cardiorrespiratorias estaban
atendidas. Hubo, además, 17 atenciones de cierta importancia.
Madrid, desabastecida
Los sindicatos denuncian que el dispositivo que mandó el Ayuntamiento a Madrid Arena dejó desabastecida la ciudad de unidades avanzadas.
"Si llega a haber dos incidencias graves, no hubiésemos tenido
capacidad para atenderlas", asegura un portavoz de la plataforma
sindical de trabajadores.
Por otra parte, fuentes sindicales municipales denuncian que Carlos Viñals, hijo de Simón Viñals, exconcejal municipal, no debía trabajar en la fiesta. Según el estatuto del empleado público, la labor que realizó en Madrid Arena es incompatible con su puesto como funcionario municipal
del departamento de Salud Laboral. En el mismo, desempeña la labor de
director de programa, en un puesto de libre designación de nivel 26 en
la escala funcionarial municipal.
Control del botellón
Otro de los temas a debate ha sido el botellón que se realizó en eel
exterior del madrid Arena. Ana Botella, en su intervención de este
jueves, explicó que el dispositivo policial que estaba frente al Madrid
Arena estaba a 50-60 metros y que la prioridad de los agentes fue la
seguridad en el entorno exterior del recinto. Aseguró que se impidió
en lo posible el consumo de alcohol, aunque se excusó diciendo
que la amplitud y el perfil topográfico del terreno alrededor del
Madrid Arena hicieron prácticamente imposible controlar absolutamente
el botellón.
Y es que, el Ayuntamiento ha dejado en manos del juez la responsabilidad de determinar dónde se estaba haciendo botellón
(dentro del recinto pero al aire libre o fuera de él, donde tenía potestad la policía local) para que determine y reparta culpas. Una portavoz de Seguriber -empresa encargada de la seguridad en el recinto,
pero no del control de accesos- explicó a este periódico digital que,
según el informe de ronda de los vigilantes que tenían en el recinto,
hubo dos conatos de botellón y que, tras pedírselo, en
ambos casos, los integrantes de los mismos se marcharon del recinto
del pabellón al exterior que era donde estaba vigilando la Policía
Municipal. Algunos de los trabajadores de Samur que acudieron a las
llamadas de auxilio aseguran que el gran botellón se concentraba fuera
del recinto de Madrid Arena.
El sindicato Manos Limpias ha ampliado su denuncia en el Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid contra el máximo responsable de la Policía Municipal, el inspector Emilio Monteagudo, por consentir presuntamente el botellón que se celebró en los aledaños del Madrid Arena el día en el que se produjo la tragedia. Por otra parte, según
datos municipales, el Ayuntamiento destinó 42 agentes al evento que
había organizado el programa televisivo 'El Hormiguero', que tenía un
aforo previsto de 6.000 personas y solo 17 a Madrid Arena.
Vea también:- El cierre de las 'joyas' de Espacios y Congresos causará pérdidas millonarias- Ana Botella no dimite, no asume culpas... y cierra 2 instalaciones municipales