En un artículo exclusivo para Diariocrítico y bajo el título "Un año
de retrocesos en Justicia", la vocal del Consejo General del Poder
Judicial (CGPJ), Margarita Robles, ha analizado la labor del ministro de
Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, en su primer año de mandato. Como balance,
podría decirse que Gallardón ha entrado en la Justicia peor que un elefante en
una cacharrería: el elefante se limita a destrozar; Gallardón, además, ha hecho
temblar los pilares de la justicia democrática y ha agredido sin miramiento el derecho
de los ciudadanos a una tutela judicial efectiva.
"El balance de un año en el ámbito de la Administración de Justicia no
puede ser más desolador". Es la principal conclusión a la que llega esa
gran jurista que es
Margarita Robles en un artículo para
Diariocrítico en el
que analiza la labor del ministro
Alberto Ruiz-Gallardón desde que está al
frente del Departamento centralizado en el Palacio de Parcent. La conclusión de
la labor de Gallardón es realmente demoledora, de tal manera que hasta sus manifestaciones
sobre las mujeres y la maternidad son "más propias de una sociedad feudal,
que del siglo XXI".
Ruiz-Gallardón llegó hace un año al Ministerio de Justicia -"ámbito
sobre el que nada conocía, más allá de una oposición lejanamente aprobada a la
carrera fiscal, que, por lo demás, nunca llegó a ejercer"- anunciando
grandes proyectos para mejorar y modernizar la Justicia, pero en este año sólo
ha conseguido lanzar la mayor agresión contra la tutela judicial efectiva que
se ha vivido en la etapa democrática en España.
Robles destaca cómo Gallardón inició "incomprensiblemente sus
hostilidades contra el Poder Judicial", ignorando "la verdadera
dimensión del esfuerzo que todos los funcionarios de la Administración de
Justicia realizan para paliar el daño que está causando la crisis económica en
nuestra sociedad". O cuando decía que algunos divorcios se resolverían
ante notario. O sus anuncios sobre la reforma de la Ley del Aborto, o sus
manifestaciones sobre las mujeres y la maternidad, "más propias de una
sociedad feudal, que del siglo XXI".
De todos aquellos proyectos anunciados por Gallardón, que según él, iban a
mejorar la Justicia, únicamente ha visto la luz la Ley de Tasas, sobre la cual
el CGPJ ya emitió en su día un informe muy desfavorable y que supone "una
clara agresión al derecho de los ciudadanos a una tutela judicial efectiva
(¡qué diría su padre, que tuvo ocasión en su día de pronunciarse en contra de
las mismas, si lo viera!)".
Escribe Margarita Robles al respecto: "Su planteamiento parece muy
sencillo: como los juzgados y tribunales españoles están sobrecargados de
trabajo, al tener una de las ratios de jueces más bajas de Europa, se evita que
los ciudadanos puedan acceder a los tribunales para ejercer su derecho,
imponiendo unas tasas absolutamente disuasorias por lo elevado de las mismas, y
así se soluciona, en su opinión, el problema sin acometer las reformas
necesarias. Los ciudadanos que paguen impuestos y que sigan viendo recortados
sus derechos en ámbitos tan esenciales como la sanidad, la educación, y ahora
la justicia".
Robles no obvia el espinoso tema de los indultos, sobre todo el doble
indulto ("sí, dos a falta de uno") a cuatro
mossos d'esquadra "condenados
por un delito, tan execrable, como el de tortura de un inocente". Y
advierte al ministro que "este doble indulto convierte al Poder Ejecutivo,
de facto, en una instancia de revisión del Poder Judicial".
Y, naturalmente, Robles hace un repaso al enfrentamiento que mantiene en
este momento el Ministerio de Justicia con todos los jueces y magistrados,
miembros de la carrera fiscal y secretarios judiciales, para afirmar que "Los
jueces y magistrados en España no están reclamando, ni defendiendo intereses
corporativos, están solicitando mejoras en beneficio de los ciudadanos,
poniendo de relieve las injusticias que para estos se derivan de leyes como la
de Tasas o de la normativa reguladora del desahucio. Cuarenta y siete jueces
decanos de toda España, representando a dos mil jueces, así lo han puesto de
relieve".
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LEAN EN SU TOTALIDAD EN DIARIOCRÍTICO EL ARTÍCULO DE MARGARITA ROBLES