El presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, ha emplazado "con
rotundidad" a ETA a que "decida y comunique cuanto antes su
definitiva desaparición" para construir las bases de una paz en Euskadi
sin contrapartidas políticas. Al mismo tiempo, Urkullu ha pedido que las
instituciones de la UE se involucren en un plan -"PEACE Euskadi"- para
"contribuir a cimentar la paz y la reconciliación en nuestro País".
Son las dos premisas fundamentales desarrolladas por el líder peneuvista en
su intervención en la Conferencia de Paz que este lunes se celebra en San
Sebastián, convocada por el movimiento social Elkarri y el grupo de contacto
que lidera el abogado surafricano
Brian Currin. Para
Iñigo Urkullu, éste es un
momento fundamental: "Es mucho lo que hemos sufrido para perder una
oportunidad como la que se nos presenta. La oportunidad de conquistar la paz en
nuestro Pueblo".
Urkullu ha dicho a los asistentes que "es tiempo de
arriesgar nuevamente, desde la experiencia de procesos frustrados
anteriormente, si no queremos que nuestros hijos e hijas hereden un conflicto
que deshumaniza su porvenir". Ahora bien, ha avisado de que hay que buscar
"paz por paz, sin contrapartidas políticas de ningún tipo".
El líder del PNV dejó claro en su intervención que "ETA
nunca debió existir", y que surgió invocando la causa vasca y la libertad.
Sin embargo, "el crimen es siempre crimen, aunque se le revista de
supuestos ideales de justicia. No hay mal que del bien provenga", y en
este sentido añadió que "no hay patria, ni religión, ni ideal que
justifique un asesinato. Ni la coacción, la extorsión o la persecución".
Euskadi, un 'pequeño pueblo'Urkullu dijo ser consciente de que Euskadi es un "pequeño
Pueblo. El último reducto de la Unión Europea" donde pervive un fenómeno
violento de intencionalidad política. Y en este sentido, pidió ayuda a las
instituciones de la UE para afrontar el final de la violencia: "Necesitamos
toda la ayuda que nos puedan prestar para pasar esta página negra. Ojos y oídos
que verifiquen, que certifiquen la veracidad de un desarme. Manos y pies que
aproximen distancias, que sellen compromisos, que rubriquen un devenir de
respeto, de derechos humanos, de convivencia".
Reconoció Urkullu que ese final de proceso "no puede ser un
ejercicio de desmemoria", e hizo hincapié en el derecho de las víctimas a
su reconocimiento. Dijo, al respecto que "es el momento de la memoria",
pero también "la reconciliación". Es en este objetivo donde vamos a
necesitar la ayuda de las instituciones europeas: "La ayuda de un plan
PEACE Euskadi, para contribuir a cimentar la paz y la reconciliación en nuestro
País".
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