Beatriz ha sido condenada a una muerte casi segura
en El Salvador por aquellos que dicen querer salvarle el alma, pero que para
previamente tienen que condenar su cuerpo a la muerte. Víctima de la doble e insensata
moral de los sectores más talibanes y ultraconservadores de la sociedad
salvadoreña, esta joven parece que no sobrevivirá, pero tampoco lo hará el feto
que crece en sus entrañas: los 'salvadores de almas' tendrán dos muertes más
para su conciencia -si es que la tuvieran o tuviesen-. El PSOE quiere salvar a esta
joven, pero se enfrenta con un muro de intransigencia al más puro estilo vaticanista.
Ya no se trata de la dicotomía 'aborto sí o aborto
no'; ahora sólo se trata si los 'hombres sin alma', impregnados de un
talibanismo que para sí lo quisiera el ya desaparecido Osama Bin Laden, van a
mantener su sentencia a muerte de la joven salvadoreña Beatriz. De momento, la Sala
de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de El Salvador ha
rechazado la solicitud de aborto de la joven, que padece diversas enfermedades,
y ha ordenado continuar con el embarazo: la vida de estos ultraconservadores no
corre peligro; su alma, tampoco -porque parece que no tienen-. La vida de Beatriz pende de un hilo.
El mundo se ha estremecido con la noticia de hasta
dónde puede llegar un exacerbado pensamiento religioso, y muchas personas y
organizaciones se han puesto en marcha para salvar la vida de Beatriz y
condenar a los que la condenan a muerte; aquellos que ya cuentan con un puesto de privilegio al
lado de Torquemada, o de Hassan-i Sabbah. O quizá entre los dos.
El PSOE también se ha movilizado, y la
vicesecretaria general socialista, Elena Valenciano, ha mantenido este vienes
un encuentro con el embajador de El Salvador en España, al que le ha mostrado
la preocupación por la vida de Beatriz, que puede morir si no se le practica un
aborto. Valenciano ha ofrecido la ayuda del Partido Socialista para evitar un posible
desenlace trágico. Por la cara que pone el embajador en la foto que
reproducimos abajo, las súplicas de Valenciano parece que caerán en saco roto.
O, si ocurre un milagro, tal vez no.
Tras ese encuentro, Valenciano ha colgado el
siguiente post en su Facebook, que, por la importancia de la vida frente a la
intransigencia y el dogma religioso -maldecido especialmente por Jesucristo, desde luego en los Evangelios Apócrifos, al menos-, transcribimos
de forma íntegra:
"Acabo de reunirme con el embajador de El Salvador
en España para trasladarle nuestra preocupación por la vida de Beatriz, que
puede morir si no se le practica un aborto, y ofrecer la ayuda del PSOE para evitar
un desgraciado desenlace.
"Beatriz tiene 22 años, padece una enfermedad
renal relacionada con su historial de Lupus, tiene un hijo de un año y está
embarazada de 23 semanas. Los médicos le han dicho que si sigue adelante con el
embarazo el riesgo de morir es muy alto... Además, han confirmado que el feto
es anencefálico (no tiene cerebro), con lo cual morirá a las horas o pocos días
de nacer.
"Pero esta madrugada, la Corte Suprema de El
Salvador ha decidido que no va a hacer nada por salvar su vida y la obliga a
seguir con el embarazo, porque "los derechos de la madre no pueden
privilegiarse sobre los del nasciturus ni viceversa".
"La vía legal se ha agotado. En el Salvador, como
en Nicaragua, Honduras, República Dominicana y Chile, el aborto está penalizado
de manera absoluta. Pero lo que le he transmitido al embajador es que estamos
ante un caso que trasciende con mucho el derecho al aborto, es una cuestión de
derechos humanos, y por eso apelamos a una salida humanitaria.
"Hay asociaciones de mujeres que están pidiendo
que Beatriz aborte fuera del país. El problema que se plantea es que si bien la
salida de El Salvador es libre, el aborto es un delito perseguible fuera de sus
fronteras, con lo cual si Beatriz regresara a su país después de abortar,
podría enfrentarse a 50 años de prisión.
"Los responsables diplomáticos, que nos han
atendido amablemente, agradeciendo la reunión y ofreciéndonos información
detallada, se han comprometido a trasladar nuestro ofrecimiento a las
autoridades del país.
"El tiempo corre en contra de Beatriz, pero no
vamos a dejarla sola. Junto a las organizaciones de mujeres y los organismos de
Derechos Humanos seguiremos peleando por su vida. Se han agotado las vías
judiciales, pero nos queda la movilización ciudadana, nos queda la política, la
solidaridad y el compromiso".
![](http://statics.diariocritico.com//uploads/925ce4cd3360a7aa8a051ce27de7c993)