Arenas
se ha quedado otra vez a las puertas de presidir Andalucía: el PP ha
ganado las elecciones en esta comunidad, pero no ha obtenido la mayoría
absoluta, de tal manera que un pacto de izquierdas deja la Junta en manos de José
Antonio Griñán, que ha salvado los muebles aunque tenga que pactar con una
Izquierda Unida muy crecida. Nadie esperaba que las encuestas fallaran de la manera que lo han hecho.
A las
22.30 horas, el socialista José Antonio Griñán aparecía públicamente. Lo hacía
de forma sonriente: "El corazón de los socialistas está lleno de una
profunda gratitud a todos los andaluces", eran sus primeras palabras. "El
PSOE ha recuperado una buena parte de la confianza perdida en las elecciones
generales", seguía diciendo, para terminar con un rotundo "hemos vuelto
a darle la vuelta a las encuestas". Y es que nadie esperaba el vuelco electoral que se ha producido, sobre todo en el PSOE, donde celebraron la 'no-victoria' como si fuera un triunfo, porque no era esperado.
Minutos
antes había aparecido el candidato del PP, Javier Arenas. También era todo amabilidad, pero
con un cierto tono de disgusto en sus labios: declaraba que había ganado claramente
las elecciones, y era cierto, pero no habla de formación de gobierno. Arenas no
podrá gobernar.
Así que
no era para menos la alegría socialista. Con el 99,24 % de los votos
escrutados, el socialista José Antonio Griñán obtenía el 39,54 % de los votos y
47 diputados. Perdía 2 puntos con respecto a las elecciones de 2008 y nada
menos que 500.000 votos y 9 escaños con respecto a las elecciones de 2008. Pero
aunque ha perdido las elecciones, Griñán estaba contento porque su oponente, el
popular Javier Arenas, se ha estrellado contra el muro andaluz y no ha
conseguido la mayoría absoluta.
Griñán
podrá gobernar con una Izquierda Unida que se ha crecido en Andalucía: ha
obtenido un 11,35 % de los votos emitidos, ha ganado 12 escaños (6 más que en
2008) y 120.000 votos más. Su candidato, Diego Valderas, estaba feliz, lo mismo
que el coordinador general de IU, Cayo Lara, cuyas primeras palabras fueron:
"Mariano Rajoy tiene que darse cuenta hoy de que tiene un problema: le han
rechazado la reforma laboral". Nadie duda de que IU -esta vez sí, no como
en Extremadura- impedirá que Arenas llegue a la Presidencia de la Junta
andaluza. Griñán seguirá siendo presidente andaluz.
Y el
ganador de las elecciones, el popular Javier Arenas, ha sido -cosas del destino- el gran
perdedor: el Partido Popular ha vencido en estas elecciones con el 40,64 % de los
votos -2,10 puntos más que en 2008-, y 50 escaños frente a los 47 que obtuvo en
los anteriores comicios. Pero es una victoria pírrica por dos razones: primera,
porque al no obtener la mayoría absoluta no podrá gobernar; segunda, porque aunque
ha conseguido más escaños ha sido, sin embargo, menos votado que en 2008:
entonces obtuvo 1.730.154 votos; ahora 'sólo' le han votado 1.556.302
andaluces, alrededor de 150.000 menos.
El
último facto es la enorme abstención registrada: la ciudadanía parece harta y
en Andalucía han votado en estos comicios el 10,45 % menos que en 2008: la
participación se ha situado en el 62,22 %, mientras que hace cuatro años fue
del 72,67 %. Un factor a tener muy en cuenta a la hora de hacer cualquier
análisis.
- Gráfico de resultados de Andalucía: