Miquel Roca i Junyent
(Cauderan, Francia, 20.4.1940) es, sin duda, una de las figuras más brillantes
de la transición democrática española. Su historia, como la de muchos otros,
comienza, literalmente, en el exilio, pero siempre fue un luchador contra la
España de Franco que había condenado a tantos cientos de miles de españoles a
la cárcel, al exilio y destierro, a la ignominia y a la muerte. Roca, brillante
abogado con uno de los despachos más influyentes de España, tratará ahora, con la
defensa de la infanta Cristina, de apuntalar la monarquía en su momento más
crítico.
Miquel Roca, que a
finales de mes cumplirá 73 años, doctor en Derecho y fue profesor de Derecho
Administrativo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona entre 1961
y 1966, en la que fue expedientado y expulsado, junto con otros 69 profesores,
por sus actividades a favor del Sindicato Democrático de Estudiantes. Dirigió
la sección de política internacional de la revista Destino, colaboró en la
revista en catalán Serra d'Or, y formó parte de la junta de Gobierno del
Colegio de Abogados de Barcelona entre 1967-1972.
Esos son sus antecedentes
y sus credenciales. Pero Roca es más, mucho más. Inició sus actividades
políticas a través del Front Obrer de Catalunya (FOC, 1961), hasta su
disolución. Años después, por medio de su cuñado, Antón Cañellas, participó en
la asamblea clandestina en el Monasterio de Montserrat para crear Convergència
Democrática de Catalunya (CDC, 1974), formación de la que fue nombrado
secretario general adjunto al lado del secretario general, Jordi Pujol
(confirmado en abril de 1978) y uno de sus hombres fuertes.
Desde esa posición, Roca ejerció
como portavoz de su Grupo Parlamentario (Minoría Catalana), fue ponente en la
Comisión Constitucional, miembro de la Comisión que elaboró el Estatuto de
Cataluña y presidió la Delegación Catalana en la Comisión Mixta de Transferencias.
Tras el hundimiento de
UCD (1982), Roca trabajó en la formación del Partido Reformista (Operación
Reformista u Operación Roca), en torno al cual consiguió integrar al Partido
Demócrata Liberal (PDL, que se disolvió en el PRD) de
Antonio Garrigues Walker
y, como socios, a CDC y a Coalición Galega (presentado en Madrid el 13.10.1983,
el congreso constituyente se celebró del 23 al 25.11.1984).
Pese a no ser militante
del PRD, en las elecciones generales del 22.6.1986 fue candidato a la
Presidencia del Gobierno por esta fuerza política, aunque él se presentaba por
CiU por Barcelona. El PRD no obtuvo ni un sólo escaño, constituyendo el mayor
fracaso en la historia política española.
Curado así de proyectos
nacionales, Roca regresó a la política desde CDC, siendo nombrado secretario
general por delegación de
Jordi Pujol (1987) y secretario general (elegido en
el VIII Congreso, 29.1.1989 en sustitución de Pujol). Sus relaciones con su
jefe de filas comenzaron a flaquear y en el IX Congreso de CDC (17.10.1992) se
despidió, por primera vez, del cargo de secretario general, decisión motivada
por "razones personales y políticas", entre las que se citaban las
relaciones existentes entre CDC y Unió Democrática de Catalunya (UDC), su socio
en la coalición nacionalista.
Pujol asumió entonces los
cargos de presidente y secretario general de CDC, pero poco después Roca volvió
a ser elegido de nuevo secretario general con el 70 por ciento de los votos de
los miembros del Consell Nacional (Bellaterra, Barcelona, 31.1.1993), alegando
que había recibido numerosas peticiones para presentar su candidatura y decidió
hacerlo "por el bien de Convergencia".
De cara a las elecciones
municipales de 1995, Roca aceptó su nominación como candidato a la Alcaldía de
Barcelona, disputándosela al socialista
Pasqual Maragall, motivo por el que
renunció a su acta de diputado. Pero en esos comicios (28.5.1995), Roca sufrió
un nuevo varapalo electoral al ser derrotado por Maragall. Significó su
principio del fin, porque, en una maniobra envolvente, Pujol nombró (18.6.1995)
dos secretarios adjuntos en CDC,
Ramón Camp y
Pere Esteve, lo que le llevó a
renunciar finalmente a la Secretaría General (17.12.1995, siendo sustituido por
Pere Esteve).
A partir de 1996 tuvo que
afrontar las acusaciones del empresario J
avier de la Rosa, según las cuales habría
sido uno de los políticos recaudadores a quien este empresario catalán
supuestamente pagó indeterminadas cantidades de dinero; una hija suya, además,
había trabajado con el financiero. Roca salió airosa de las insidias de este
personaje.
En marzo de 1996 fue
fichado por la compañía de seguros Catalana de Occidente como Defensor del
Asegurado y más tarde por el Banco Sabadell como secretario del Consejo de
Administración (nombrado el 13.4.2000, en sustitución de
Josep Faus).
En su vida política ha
sido diputado de CiU por Barcelona en las Legislaturas Constituyente
(1977-1979), en la que fue uno de los siete integrantes de la Ponencia
Constitucional que elaboraron la Constitución de 1978; I (1979-1982), en la que
fue vocal de las comisiones de Reglamento, Constitucional, de Justicia y de
Obras Públicas y Urbanismo; II (1982-1986), en la que desempeñó vocalías en las
comisiones Constitucional, del Defensor del Pueblo y de Reglamento y fue
miembro de la Diputación Permanente; III (1986-1989), en la que fue vocal de la
Diputación Permanente y miembro de la Comisión Constitucional; IV (1989-1993),
en la que portavoz del grupo catalán y miembro de las comisiones Constitucional
y de la Diputación Permanente; y V (1993-1996), en la que causó baja el
31.1.1995, siendo sustituido por
Francesc Xavier Tubert i Alsina.
Su bufete, constituido en
1996,
cuenta actualmente con 240 profesionales y con oficinas en Barcelona,
Madrid, Palma de Mallorca, Lleida y Girona, y cuenta además con una oficina en
Shanghai abierta en el año 2002 -la primera oficina en China de un despacho de
abogados de origen español- nacida como consecuencia del vacío detectado en la
oferta de servicios jurídicos in situ a empresas españolas en China.