Despedirse del líder no ha sido fácil. Rostros llenos de
lágrimas, de tristeza, se han visto por las principales calles de la ciudad de
Caracas. Una multitud de venezolanos, quiso acompañar el féretro del presidente
Chávez, hasta la Academia militar, donde será velado en Capilla Ardiente.
La marea roja, inundó
las calles de Caracas, una vez más, pero
con otro sentido, el de la tristeza, el de acompañar a quién
ha sido el líder de la revolución bolivariana. El masivo recorrido atravesó el
centro de la ciudad, por una de las arterias principales, en donde en años
anteriores,se realizaban las concentraciones de Chávez con sus
seguidores para celebrar con alegrías, triunfos pasados. Pero hoy el sollozo fue el himno solemne, de un cortejo sin posible consuelo.
Durante el trayecto a la Capilla Ardiente, no faltaron las
muestras de cariño, de admiración y respecto. Entre cantos de "comandante amigo", pancartas y
rostros incrédulos que aun no pueden creer que "Mi comandante Chávez" ya no esté. Para todos los venezolanos ha sido difícil
asimilar la noticia. Tanto seguidores como detractores, después de infinitas
pugnas, hoy se han unido en una sola voz de duelo por el presidente fallecido.
Es lo que se ha visto en las calles de Caracas, un profundo dolor,
un duelo que consterna y que a pesar de las diferencias políticas, los
venezolanos ahora deben buscar el consenso, el abrir caminos, sin
que los radicalismo, que en el pasado mermaron y socavaron los entendimientos, sigan dirigiendo los destinos de esta nación. Que del duelo venga la reconciliación, puede
convertirse en la mejor herencia que puede dejar Chávez a su nación.
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