El fiscal de Francia en Marsella,
Brice Robin, encargado de la investigación, ha indicado que
el copiloto estaba al mando del aparato tras salir de la cabina el piloto y que a continuación accionó el seleccionador de altitud
iniciando el descenso.
La
interpretación de la actuación del copiloto, que
se negó a abrir la
puerta de la cabina al piloto una vez que salió, indica que
tenía la
"intención de destruir el avión". Así lo han revelado los datos de la primera de las cajas negras, en las que se puede escuchar al piloto llamando a la puerta para que se la abriera el copiloto, algo que no sucedió. Según ha aclarado, se escucha un ruido de respiración hasta el final, lo que indicaría que "
el copiloto estaba vivo".
Robin asegura que en estos momentos "no hay nada que haga pensar
en un atentado terrorista". El fiscal ha explicado que en los últimos
minutos antes de que el avión chocara contra el suelo se escucha al
copiloto "respirar con normalidad", lo que indica que seguía vivo y "a
priori" no sufriría ningún problema.
Pese a los reiterados golpes del piloto desde fuera, "no se
escucha absolutamente nada" en el interior de la cabina, al margen de la
respiración, "durante los diez últimos minutos". "Había silencio
total", ha subrayado.
El fiscal ha considerado que el copiloto accionó de forma intencionada el descenso del aparato.
Aunque el fiscal no ha querido revelar las identidades de los dos
pilotos y sólo dio sus iniciales, el diario 'Bild' ha informado este jueves de que se trata de
Patrick S., un padre de dos hijos que volaba desde hace unos 10 años
con Lufthansa y Germanwings, y el copiloto era
Andreas Lubitz, de 28 años, residente en Montabaur, en
Renania-Palatinado y que se formó como piloto en Bremen.
Andreas Lubitz El fiscal ha dicho no tener más detalles sobre la etnia o la religión a la que pertenecería
Lubitz, si bien ha asegurado que
no estaba en la lista de terroristas buscados. Según ha explicado, la Gendarmería francesa, en colaboración con las autoridades alemanas ya están investigándole y seguramente se interrogará a su entorno más cercano para tratar de aclarar lo sucedido.
Robin ha explicado que en los últimos minutos antes de que el avión chocara contra el suelo se escucha al copiloto "respirar con normalidad", lo que indica que seguía vivo y "a priori" no sufriría ningún problema.
Pese a los reiterados golpes del piloto desde fuera, "no se escucha absolutamente nada" en el interior de la cabina, al margen de la respiración, "durante los diez últimos minutos". "Había silencio total", ha subrayado.
El ministro del Interior alemán,
Thomas de Maiziere, ha indicado que Lubitz no tenía antecedentes terroristas conocidos hasta la fecha.
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