La reina Beatriz de Países Bajos, que este jueves alcanzará los 75 años
tal y como hiciera el rey Don Juan Carlos el pasado 5 de enero, ha
anunciado su abdicación, después de 33 años de reinado, en un discurso
en el que ha
declarado que deja paso a su hijo mayor, el príncipe Guillermo, que se
convertirá en rey el 30 de abril, el mismo día en que la actual monarca
asumió el trono allá por 1980.
La reina ha sido clara en su discurso: "La responsabilidad sobre nuestro país debe recaer en las manos de nuevas generaciones". No deja el trono porque considere el cargo
demasiado pesado, sino porque "es el momento".
El
Príncipe Guillermo, apenas un año mayor que nuestro
Príncipe Felipe, será rey de Holanda desde el próximo 30 de abril, convirtiéndose así en el primer varón que reine el país desde el siglo XIX.
La propia
Beatriz se convirtió
en la sexta monarca de la Casa de Orange tras la abdicación de su madre,
la reina
Juliana, que reinó durante 31 años y dejó el trono al cumplir
71 años, el 30 de abril de 1980. A su vez, la reina Juliana ascendió al
trono en 1948, también tras la abdicación de su madre. Casi una tradición en la Casa Real holandesa, en la que la corona es cedida con espontaneidad por los soberanos, y que en otras Casas Reales europeas sería impensable. Ésta abdicación de Beatriz se convierte en la tercera consecutiva en la Casa Real de
Países Bajos y supone la vuelta de un varón al trono. El último en
ocuparlo fue
Guillermo III, que falleció en 1890.
En el caso holandés, las leyes dotan a la Casa Real de una posición más ceremonial que
política. Desde 1848, la Constitución establece un carácter "inviolable"
del monarca, a quien le corresponde ser completamente neutral en cuestiones
políticas.
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