Lo que pretende el presidente venezolano, Nicolás Maduro, es
que ningún político de cualquier otra nación pueda siquiera referirse a él o a
su 'régimen': de ahí sus salidas de tono. Sus ataques públicos al
ministro español de Exteriores, García Margallo, van mucho más allá de la
descortesía diplomática. Y todo porque el ministro español se ofreció a una
mediación de buena voluntad entre las 'dos venezuelas' (por
supuesto que no utilizó este término), dos venezuelas que, casi al tiempo,
acababan a golpes en el Parlamento en Caracas tal y como pueden ver en el siguiente vídeo.