Pregunta.-
El Plan Hidrológico del Tajo contempla
medidas que sus precursores defienden como una mejora para la región porque se
establece una reserva mínima de 400hm3 en los embalses de cabecera y se
garantiza un caudal ecológico superior... ¿Es suficiente?
Respuesta: Lo primero que se cumpla. En 1971 le habían prometido a Talavera
no sé cuantos polideportivos, pavimentar calles e incluso ampliar el regadío lo
cual no dejaba de ser un contrasentido.
No me acabo de creer que esto
vaya a ser una mejoría. Hay que tener voluntad de creerse las promesas o
seguirá todo igual y tendremos que acostumbrarnos a que el río siga siendo la
cloaca que dice bastante poco de Talavera.
P.- ¿Supone un punto inflexión para avanzar hacia el fin del trasvase? Diversas
fuerzas políticas y colectivos sociales creen más bien todo lo contrario...
R.- Los movimientos de izquierdas que he estudiado han buscado que
no haya trasvase, dejar que el río siga fluyendo. En 1932 tenían muy claro que
había que apostar por la agricultura de exportación en Talavera porque era
acabar con el creciente número de jornaleros desempleados que provocaba más
inestabilidad social. Se buscaba mayor estabilidad de los campesinos, aumentar
su nivel de vida, y en realidad se consiguió.
La apuesta era un modelo
productivo en las Vegas del Tajo. Toledo, Cáceres, Guadalajara y Talavera
pedían no detraer agua para lograr una
agricultura sostenible. Lo que ocurre es que llegó la Guerra Civil.
Ya después, desde los años
setenta se ha ido viendo como o se depuraban las aguas del Jarama o Talavera terminaría
siendo una cloaca. En ocasiones los alcaldes de Talavera y Toledo y el
gobernador civil pidieron al gobierno que no se hiciera el trasvase o al menos una
compensación. Como anécdota, cuenta el gobernador civil Carranza que era
proponerle al ministro de Obras Públicas, Lorenzo Silva, mínimas pegas al
trasvase y colgaba el teléfono.
Oposición al trasvase ha habido desde
todos los sectores, pero sólo las izquierdas, de manera clandestina o luego de una manera
más abierta, tenían claro que había que oponerse.
P.- La historia de Castilla-La Mancha está repleta de 'batallas'
políticas relacionadas con el medio ambiente: Cabañeros o las Hoces del
Cabriel, por ejemplo. Pero la del trasvase parece la de nunca acabar. ¿A qué cree que se debe?
R.- Sobre lo de Cabañeros habría mucho que decir porque
inicialmente Bono estaba a favor... El tema del trasvase el PSOE se lo encontró
casi hecho aunque si no hubiera sido así es posible que se hubiese opuesto.
Había y hay intereses enfrentados
de partido aunque no pasa solo con el PSOE. Solo hay que escuchar las
diferentes voces que tienen en Murcia y aquí.
La del trasvase fue una obra sumamente
enorme que se encontraron casi hecha. Incluso el PSOE diseñó un plan
hidrológico nacional que contemplaba que no fuese tanta la cantidad de aguas
que se trasvasaba del Tajo al Segura porque tenían pensado detraer aguas del
Ebro, que es mucho más caudaloso. Es decir, repartir las aguas con una idea
mayor de solidaridad. No hay una sola voz por parte de los partidos de
izquierdas, ni siquiera de Izquierda Unida.
Es complicado porque cada uno
defiende a los ciudadanos que le votan en cada momento. Durante la dictadura
era más sencillo, era cuando se podían hacer este tipo de obras porque no había
voces disonantes.
Pero en 1968 ya había voces latentes desde la provincia de
Toledo que se oponen al trasvase, incluso desde partidos de extrema derecha muy
vinculados al franquismo. La razón es su fuerte arraigo a esta tierra y la
provincia de Toledo. Cada uno cree velar por los intereses de los ciudadanos a quienes
representa.
P.- ¿Estaban entonces de acuerdo en que el trasvase perjudicaba a la
provincia de Toledo?
R.- Todo el mundo
con dos dedos de frente sabe que detraer aguas del Tajo es perjudicial para
esta tierra. Ahora mismo si nos asomamos al Tajo podemos verlo.
Una de las cosas que se prometieron es que las aguas que
iban a llegar a Talavera procedentes de los afluentes que pasan por Madrid iban
a ser depuradas y, evidentemente, eso no se hace.
Fue una de las promesas que
escuché personalmente. Vino el teniente alcalde de Madrid, entonces de izquierdas
y se prometió que el trasvase iba a llevar aparejada una depuración de aguas.
Fueron muy sibilinos a la hora de
'vender' el trasvase, ya que el que fue ministro
de Obras Públicas, Garrigues Walker dijo que se trataba de "una idea de Indalecio Prieto, socialista, que
llevó a cabo un demócrata cristiano como
es Lorenzo Silva y que lo va a acabar un liberal que soy yo".
Se quiso dar a entender que se
trataba de un proyecto por encima de los partidos políticos y que lo que se
pretendía realmente era el bien de España.
Garrigues Walker acabaría siendo diputado de las Cortes Generales por
Murcia. Los que le votaron sabían del beneficio que les había proporcionado.
P.- El agua se ha
utilizado entonces como una clara herramienta política...
R.- Los partidos de corte nacional lo tienen muy complicado porque
se supone que defienden los intereses de España, y en eso caben muchas cosas.
Cuando se construyó el trasvase, se
hablaba de llevar aguas que aquí son excedentarias. Pero en los años 70 en la
provincia de Toledo no sólo no sobraba agua sino que había unas 130.000
personas a las que había que suministrar con cisternas. Y sin embargo, se vendía
la idea de que el agua es más productiva en Murcia para lograr una agricultura
de exportación.
En la provincia de Toledo no había
industria, lo que aquí se cultivaba, prácticamente todo lo que se producía en las
vegas del Tajo se llevaba a conserveras de Murcia.
Se reclamaba aprovechar el agua,
implantar industrias manufactureras y potenciar la región pero con Bono,
Barreda o Cospedal los resultados, independientemente de todo lo que se diga en
ese sentido, son que al final no se resuelve nada.
Y no hay que mirar solo a las cabezas
más representativas como pudo ser Bono sino que podemos ver las posturas de los
máximos dirigentes locales de ambos partidos en Talavera de la Reina.
Estamos hablando de que Talavera
es una ciudad importante que podía haber tenido una voz más fuerte y rotunda en
contra del trasvase pero recuerdo que en el año 77 hubo una manifestación que el
PSOE no apoyó, tampoco UCD.
Luego ya en el 79, tras las primeras elecciones, el
ayuntamiento de Talavera fue siempre del PSOE y no ha habido una posición
rotunda en contra del trasvase para haber conseguido un poquito más. Ha habido
un plegamiento de todos estos dirigentes locales a los planteamientos generales
porque, tal vez, quien se moviese no salía en la foto.
P.- ¿Cree que el fin
del trasvase podría suponer un nuevo impulso para la zona?
R.- Qué duda cabe. A nivel histórico, que es lo que más conozco,
cuando en el 32 se pone en marcha un nuevo modelo a pequeña escala, el regadío
empieza a extenderse en la zona de Talavera y se produce exportación de fresas
a Francia. Un cambio porque hasta esa fecha solo había agricultura de autoabastecimiento
y mercado local.
Significa mucha más estabilidad
laboral, que era lo que iban buscando los republicanos e Indalecio Prieto y
luego, una exportación a Francia implica mucha más riqueza. No da la misma
riqueza una agricultura de trigo o avena que una agricultura de exportación.
Si ahora mismo no se exportase ese
'excedente' de agua del que se habla y se apostase por el aprovechamiento de ese recurso hídrico
en la zona y teniendo en cuenta que somos una de las zonas con más paro, evidentemente
bajaría.
Talavera creció y se apostó por
un modelo inmobiliario que se ha caído y ahora se busca algo que lo sustituya
pero es que no hay nada. Hablamos que si un mercado... ¡Tonterías! Aquí la
apuesta clara es la agricultura y la ganadería porque esta zona es competitiva pero hacen falta recursos
y una apuesta decidida de los políticos e inversiones que no se producen.
La agricultura va a ser una de
las pocas cosas a las que nos vamos a poder dedicar porque nos hemos cargado
las vegas que fueron seña de identidad, la feria de ganado... y no nos queda nada
porque la cerámica no es un impulso de la economía. Tenemos lo que tenemos. Es
mucho más lógico explotar los recursos allí donde los tienes que exportarlos a
otros sitios. Es de cajón.
P.- Pero es que el argumento de que sobra el agua en Castilla-La Mancha
no ha desaparecido...
R.- No creo que sobre agua.
Es una cuestión de la inclinación de la península. Por eso los ríos desembocan
más en el Atlántico que en el Mediterráneo y Murcia tiene lo que tiene. A mí me
gustaría saber qué opina ASAJA de Castilla-La Mancha.
Es la cantinela. Ellos necesitan
agua pero de toda la que se les ha dado y ya veremos la que se ha perdido y la
que se dedica a campos de golf. Es verdad que ellos viven del turismo pero no
tiene ningún sentido que porque tengan
menos recursos se quieran llevar los que hay aquí.
Lo lógico, lo más razonable y lo
más sensato es utilizar los recursos allí donde los tienes. Ellos tienen una
cosa que nosotros no tenemos: tienen mar y turismo.
Nosotros tenemos el agua y es
nuestro único recurso, prácticamente nuestra única riqueza y si no defendemos
eso y no hacemos que el agua se explote de manera inteligente aquí, vamos a conseguir
lo que estamos siendo: Que Castilla- la Mancha sea una región con un enorme
paro y que estemos en la cola del desarrollo en España.
Está claro que van a ser
insaciables en ese sentido los agricultores y los constructores. Por mucha agua
que se les dé siempre les va a parecer
poca, porque al fin y al cabo dicen que tiene mucho más valor añadido ese
turismo de élite. Claro, no lo van a decir de esta manera pero sabemos que
parte del agua que les estamos mandando no va para agricultura y sí para la especulación
inmobiliaria.
P.- Pero hay una evidente falta de unidad en torno al agua en
Castilla-La Mancha que sí parecen tener en Murcia
R.- El tema del trasvase, en realidad, afecta solo a una franja de Castilla-La
Mancha que es una región reciente y que es, relativamente, una invención. Hasta
hace muy poco Albacete pertenecía a Murcia y aún no hay esa conciencia de identidad.
Los intereses en torno al
trasvase lo son de Toledo y Guadalajara y en el caso de Cuenca no ha sido
beligerante. ¿Qué pasa con el resto? Ciudad Real que es la que más peso tiene y
Albacete que es la industrial se callan porque indudablemente ellos tienen la
industria y hay compensaciones por otros lados como la universidad... pero Talavera
podría haber conseguido más.
No hay una oposición férrea por
parte de los poderes políticos, es más la gente la que sale a la calle ni antes
ni ahora que siguen callados. El alcalde no abre la boca nada más que para
agradecer a Cospedal, con palabras manidas, los recursos hídricos, porque
aunque hubiese dicho que se concedía la mitad del agua lo hubiese vendido como
un triunfo. Aquí la política es la que se dicta a nivel nacional e interesa
Murcia.
Y a Toledo ya la contentaremos,
ya la engañaremos...
El PP podría hacer más oposición
pero está claro que eligen el interés de Murcia porque es un feudo suyo desde
hace un montón de años y el agua no es ajena al éxito arrollador en las
elecciones. Sin embargo aquí, al faltar esa conciencia y no ser una región que
tenga esa identidad tan arraigada pues nos encontramos que te darán una de cal
y otra de arena pero tienen todo atado y bien atado.
P.- ¿Es Castilla-La
Mancha insolidaria con el agua?
R.- Hay que ser solidario
cuando se tiene. Si todavía Castilla-La Mancha fuese una región rica con
excedentes de todo... Lo que se tiene que hacer es velar por que sus
ciudadanos consigan trabajo y una forma
de hacerlo es utilizar los recursos que se tienen y si los dejas ir... ¿Con qué
vas a generar esa riqueza? Por tanto no creo que sea una cuestión de
solidaridad. Puedes compartir, pero es que a nosotros nos va a faltar en buena
medida agua. No se puede generar riqueza sin aumentar los regadíos.
P.- Ya pero como usted dice aquí hay que generarla y precisamente uno
de los argumentos para justificar el trasvase, en concreto por parte de Asaja Murcia,
son "los regadíos de Murcia, Alicante y Almería que tanto aportan a la economía
y el empleo del país"...
R.- El turismo genera más
riqueza que cualquier otra cosa. Ellos tienen turismo, tienen el mar... ¿y
nosotros? Sí, hay turismo, Ruta del Quijote... pero evidentemente no podemos
competir a esos niveles.
Está claro que a la parte de
Almería y Murcia les falta agua pero no ya para la agricultura, sino para el
turismo.
Este año el turismo ha supuesto
el 11% del PIB español y está claro que van a necesitar un agua. ¿Se la tenemos
que dar nosotros para que puedan mantener su actividad turística? No, lo lógico
es tener una economía no desarrollista
sino sostenible y ecológica porque si no, nos vamos a cargar todo.
Necesitamos utilizar el agua allí
donde se tiene y no sobredimensionar el turismo porque si no acabaremos
viviendo todos en Almería en Murcia o en la franja del Este español. Teníamos
agua y nos vamos desangrando en ese sentido.
P.- ¿Pero el fin del trasvase es la solución para esa economía por la
que usted aboga o para que el río deje de ser una cloaca?
R.- Posiblemente no. Habría que depurar las aguas que vienen de
Madrid y deberíamos plantearnos si le estamos dando a Madrid más de lo que nos
da a nosotros.
Madrid sigue echando basura al Tajo
y además nos va detrayendo las aguas que antes aportaba el Alberche que ahora es
un río para el abastecimiento madrileño. Y cuando lo necesiten todo se lo van a
llevar, que de eso no nos quepa la menor duda.
Si no se trasvasase agua, el río
iba a ir mucho más limpio. ¿Completamente? No. Más agua significaría sin duda
menos contaminación pero tendría que ir unido a otras medidas que nunca se
cumplieron. Fíjese que incluso el trasvase iba unido a algo que era una
contradicción enorme en el año 71: quitar el agua al tiempo que se ampliaban
las zonas regables en la provincia de Toledo, en Torrijos y La Sagra.
Finalizar el trasvase no solucionaría
el problema pero ayudaría muchísimo.
P.- ¿La ciudadanía está concienciada de la importancia del agua?
R.- Hace poco hubo en Talavera una manifestación que fue
multitudinaria y a la que vino gente de todos los sitios.
No sé hasta qué punto la gente
está concienciada. Y si lo estuviese no sé hasta qué punto los partidos mayoritarios
serían tan mayoritarios. Pero creo que la gente es consciente que el trasvase
está degradando el río. Lo que no hay es, a no ser que la gente no se entere,
un gran apoyo popular.
En los años setenta, sí que es
verdad, que junto a esas reivindicaciones iban unidas otras como la ampliación
de la democracia. La gente se aglutinaba en torno al río y como no se había puesto
en marcha, la gente podía apostar más
porque una gran movilización iba a frenarlo. Al final, una vez que está hecho...
El ejemplo lo tenemos en el almacén de gas de Vinaroz. Como ha costado mil y
pico millones y desmontarlo vale otros tantos...