El Gobierno español considera que no hay
urgencia alguna en pedir ayuda financiera a la UE y recalca que esa no
es una cuestión objeto de debate en el Consejo Europeo que este jueves ha
comenzado en Bruselas y en el que ha abanderado la petición de que se
cumplan acuerdos de junio como la unión bancaria.
El jefe del Ejecutivo,
Mariano Rajoy, ha
hecho esa defensa del cumplimiento de lo pactado ante sus colegas
europeos por considerar, como señaló este miércoles en Bucarest ante el
Congreso del Partido Popular Europeo, que esa será una señal de
confianza.
Ese es el objetivo prioritario, y el Gobierno español
espera que los socios comunitarios asuman el documento suscrito por los
presidentes de la Comisión, el Consejo, el Eurogrupo y el Banco Central
Europeo (BCE) para esta cumbre porque considera que va en la buena
dirección para cumplir lo pactado.
En concreto espera que en
enero esté ultimado el reglamento de la supervisión para que el BCE
pueda asumir ese papel a lo largo de 2013.
Ante las posibles
reticencias por parte de algunos países, como Alemania, el Gobierno de
Rajoy está convencido de que se resolverán como lo ha hecho Europa a lo
largo de los últimos cincuenta años, mediante el diálogo y la
negociación.
España es consciente de que en la cumbre que hoy ha
comenzado en Bruselas no va a haber una decisión definitiva al respecto y
habrá que esperar para ello a diciembre, pero ve positivo que se
constaten pasos que vayan reafirmando todo lo acordado en cuanto a la
unión bancaria, fiscal, económica y política.
Si en la agenda de
la cumbre no figura la posibilidad de que España solicite ayuda
financiera a la Unión Europea, éste es un asunto que sí ha sido objeto
de comentario por algunos líderes europeos, entre ellos el presidente
francés, François Hollande, y la canciller alemana,
Ángela Merkel. Merkel se reunió con Rajoy en Bucarest, y este jueves, antes de trasladarse a
Bruselas, ha subrayado ante el Parlamento alemán que la eventual
decisión de pedir o no el rescate por parte de España corresponde
"exclusivamente" al Gobierno de Mariano Rajoy.
Por su parte,
Hollande, a su llegada a Bruselas, ha confiado poder aclarar con Merkel y
con el primer ministro italiano, Mario Monti, los detalles del
mecanismo de ayuda diseñado para que España pueda mejorar sus
condiciones de financiación.
El Gobierno, según fuentes de la
delegación española, no se siente molesto por ese tipo de referencias a
la posible petición de rescate y recalca que no hay urgencia alguna en
solicitarlo.
Reitera además que para adoptar una decisión ha de
contar previamente con todos los detalles relativos al instrumento que
ha ofrecido el BCE para la compra de bonos y sopesar si conviene a los
intereses españoles.
Como muestra de que no existe esa urgencia
ha citado la colocación de deuda que ha habido hoy en España por importe
de 4.614 millones de euros y que, en el caso de la emisión a diez años,
la rentabilidad ha sido la más baja desde enero.
El Gobierno
español rechaza asimismo que haya relación alguna entre la decisión
sobre la petición de ayuda y la existencia de un acuerdo para lograr
cuanto antes la creación de un supervisor único bancario.
Una
figura que asumiría el BCE y que sería previa a la recapitalización
directa de los bancos, cuestión que, para el Ejecutivo de Rajoy, tampoco
es urgente una vez que se han delimitado las necesidades de la banca
española.
Rajoy sí tiene intención de aprovechar sus contactos
con otros líderes europeos para poner en valor las reformas que está
impulsando en España y los esfuerzos que están asumiendo sus ciudadanos
para lograr superar la crisis económica.
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