El ministro pondrá en marcha las recomendaciones de Bruselas,
De Guindos, por las claras: "La intervención del BCE debe ser contundente y sin límite previo"
sábado 18 de agosto de 2012, 13:35h
El ministro de Economía y Competitividad,
Luis de Guindos, ha dicho que la intervención del Banco Central Europeo
(BCE) en los mercados para aliviar las presiones sobre la deuda española
debe ser contundente y no tener de antemano fijado un límite ni de
cuantía ni de duración.En una entrevista con la Agencia EFE, el
ministro ha señalado que a este tipo de intervenciones "no se les puede
poner límite o no se puede explicitar al menos la cuantía con la que se
va a intervenir ni durante cuánto tiempo" para no restar efectividad a
una ayuda que tiene como objetivo disipar las dudas sobre la zona del
euro
Respecto a las contrapartidas que tendrá la ayuda europea a
España, De Guindos ha explicado que previsiblemente se definirán en las
reuniones del Eurogrupo y Ecofin (ministros de Finanzas de los países
del euro y de la UE) que tendrán lugar en la segunda semana de
septiembre. Ha dicho que para entonces el consejo de gobierno del
BCE ya habrá explicado cómo piensa ejecutar el programa de compra de
deuda en el mercado secundario, lo que el Gobierno español analizará
antes de tomar una decisión definitiva al respecto.
Lo que De
Guindos da por hecho es que el BCE actuará en el mercado secundario
(donde los inversores intercambian la deuda ya emitida) comprando bonos a
corto plazo y sin ejercer su papel de acreedor preferente, lo que
ahuyentaría al resto de inversores y elevaría la prima de riesgo. Las intervenciones del BCE "no deben explicitar ni cuantía ni horizonte
temporal y tal como ha señalado el propio BCE, deben tener en cuenta la
problemática generada por el carácter de acreedor preferente".
En su opinión, la actitud del BCE ha abierto "un escenario muy positivo"
para el Gobierno español, ya que la entidad ha reconocido que la
presión de los mercados sobre la deuda española responde en buena medida
a algo que va "más allá de la política doméstica" y ha considerado
oportuno intervenir para corregirlo. "No tenía sentido que
algunos países pagaran tipos de interés negativos y que otros pagáramos
tipos muchos más elevados. Eso pone de manifiesto un mal funcionamiento
de las instituciones de la zona del euro", ha afirmado.
"Los
diferentes tipos ponen de manifiesto dudas sobre el futuro del euro y
dificultades para la transmisión de los impulsos de la política
monetaria", ha añadido De Guindos. El ministro no se ha mostrado
preocupado por las posibles condiciones que las instituciones europeas
puedan poner a lo que los expertos han bautizado como "rescate blando",
puesto que entiende que España está "haciendo sus deberes" tanto en el
ámbito fiscal como en el de las reformas estructurales y así lo están
reconociendo el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Bruselas.
Definidas las condiciones
"De alguna forma ya están muy definidas (las condiciones). Yo creo que
España ha presentado su programa de ajuste presupuestario y sus reformas
estructurales, que desde un punto de vista genérico están aceptadas
como suficientes y adecuadas", ha explicado el ministro refiriéndose al
avance presupuestario para 2013 y 2014 que prevé un ajuste fiscal de
casi 90.000 millones en esos dos años.
Ha insistido en que el
compromiso de España con la reducción del déficit al 3 % del PIB en 2014
es inequívoco, razón por la que se han ido adoptando o se planea poner
en marcha las recomendaciones propuestas por Bruselas, como el
incremento del IVA o la subida de la edad efectiva de jubilación. La intención del Gobierno, ha recordado, es negociar con los partidos
políticos y los agentes sociales medidas que permitan acercar a los 65
años la edad efectiva de jubilación, después de que el anterior
Ejecutivo elevara a los 67 años la edad legal, que estará plenamente en
vigor desde 2027.
En su opinión, lo que preocupa a los mercados
de la situación de España no es tanto la política presupuestaria a corto
plazo como la capacidad de la economía para generar el crecimiento
futuro necesario para sostener las finanzas del Estado y la deuda
pública. En este sentido, se ha mostrado convencido de que España
es un país "claramente solvente" porque la economía es cmpetitiva,
como refleja el hecho de que las exportaciones estén creciendo a una
tasa del 3,4 % hasta junio y haya superávit comercial con economías tan
fuertes como Francia e Italia.