El comité de los doce 'sabios' encargado del diseño del factor de
sostenibilidad propone que las pensiones definitivamente dejen de
revalorizarse anualmente de acuerdo con el IPC, como ha sucedido en los
últimos años, y que lo hagan en función de los ingresos y gastos del
sistema, sin descartar que puedan subir por encima de la inflación, lo
que permitiría ganar poder adquisitivo en tiempos de bonanza.
Así se recoge en la documentación que hay sobre la mesa a la espera de que en la reunión que
mantendrá el comité esta mañana puedan cerrar una redacción definitiva.
Finalizados estos trabajos, esta propuesta será remitida al Gobierno,
que la trasladará al Pacto de Toledo para su debate y posterior
tramitación parlamentaria como proyecto de Ley.
En un borrador preliminar que se discutió en la reunión del 27 de
mayo, los expertos proponían, junto a un coeficiente de equidad
intergeneracional, un factor de actualización anual de las pensiones que
no estaría ligado al IPC, sino a la evolución de los ingresos y gastos
del sistema.
El objetivo era conjurar los riesgos demográficos y económicos que
en los próximos años es previsible que impacten en las pensiones. Así,
ambas fórmulas deberían funcionar con un alto de grado de automatismo y
funcionar como un mecanismo de revalorización y de corrección de
desequilibrios si éstos se produjesen, pero también como una alerta para
que, en su caso, se puedan prever.
En la práctica, esto suponía aplicar cambios tanto para los
futuros pensionistas, como para los actuales beneficiarios. Para estos
últimos, en dicho texto se señalaba que el valor nominal de las
actuales pensiones no podría bajar, sino, en todo caso, quedar
congelado, y asimismo establecía como techo el IPC, con la idea de
derivar el ahorro resultante al Fondo de Reserva de la Seguridad Social.
Este planteamiento recibió las críticas de una parte de los
expertos, lo que obstaculizó, junto a otras cuestiones, la posibilidad
de un acuerdo. Semanas más tarde, los expertos introdujeron cambios en
el texto y ahora se contempla que la revalorización de las pensiones
pueda ser mayor o menor que el IPC, siempre que con ello se garantice el
equilibrio o se genere superávit, en función de los ingresos y gastos
del sistema.
De este modo, cuando haya más gastos que ingresos, habrá una
moderación del incremento o una congelación de las prestaciones, con la
previsible pérdida de poder adquisitivo, mientras que en el caso
contrario podrán revalorizarse incluso por encima de la evolución de los
precios.
EL FACTOR DE EQUIDAD INTERGENERACIONAL.
Este nuevo esquema de revalorización se complementa en la
propuesta de los expertos con un factor de equidad intergeneracional,
pensado para las nuevas pensiones que se generen a partir de la puesta
en marcha de la reforma (el comité recomienda aplicarla como muy tarde
en 2019).
Este factor vincula la prestación con la esperanza de vida en el
momento de la jubilación a través de un coeficiente que, aplicado a la
cuantía de la pensión, equipara las cantidades a percibir de todos los
pensionistas.
Según los expertos, este factor no tiene por qué conllevar una
disminución de la cuantía de la pensiones en términos reales y, en todo
caso, se plantea la posibilidad de incorporar una 'cláusula suelo' que
impida su disminución nominal.
EL OBJETIVO NO ES RECORTAR LAS PENSIONES.
Los 'sabios' aseguran en su informe que el factor de
sostenibilidad "no se diseña para recortar pensiones", sino para
garantizar que éstas sean pagadas, e inciden en que lo que rebaja la
cuantía de las pensiones es la falta de recursos para financiarlas.
Al mismo tiempo, los expertos señalan que el factor de
sostenibilidad no sustituye la necesidad de acometer reformas internas
en el sistema para mejorar su equidad y eficiencia.
Así, subrayan que con este factor se ponen en evidencia los
desequilibrios que pueden afectar al sistema, y que depende de las
"decisiones políticas" el cómo corregirlos.
En este sentido, recuerdan que siempre pueden tomarse decisiones
que mejoren la estructura de gastos e ingresos para que el factor tenga
un efecto "mucho más suave" o incluso sea innecesaria su aplicación.
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La reforma que se avecina: podrían bajar las pensiones en cuestión de meses