Guindos ha revelado la dimensión de este esfuerzo extra en el Encuentro Financiero Internacional organizado por Bankia y EL PAÍS, que se celebra hoy y mañana en Madrid. "En términos estructurales, vamos a compensar el ajuste que se tenía que haber producido el año pasado, y el que está comprometido para éste", ha anunciado el ministro de Economía, quien ha precisado que eso supone reducir "el déficit estructural en 3,5 puntos porcentuales del PIB". En el programa de estabilidad vigente, el objetivo de déficit estructural para 2012 es del 3,5% del PIB, con lo que, según las cuentas del ministro, en 2011 habría cerrado en el 7% del PIB, muy por encima del 4,7% comprometido.
El saldo estructural recoge el balance de gastos e ingresos presupuestarios
que no se ve afectado por momentos extraordinarios en el ciclo económico, ya sea
una expansión o una recesión. A partir de las cuentas de Guindos se concluye que
en 2011, el 8,5% del déficit se alcanzó por un 7% de déficit estructural y un
1,5% de déficit cíclico. En 2012, la recesión llevará el déficit cíclico al 2,3%
(esos 8.400 millones que hay que compensar), cuando en el programa de
estabilidad se contaba con aminorarlo al 0,9%. Ahí está la diferencia entre el
déficit total que pretende el Gobierno (5,8%) y lo que todavía exige Bruselas
(un 4,4%).
Economía defiende que, con el cumplimiento del déficit estructural previsto
para 2012 (3,5%), y con respetar el objetivo de déficit total para 2013 (3%) se
"ajusta en el espíritu y la letra a las recomendaciones del programa de
estabilidad", en palabras de Guindos. "Si no se hubiera producido la desviación
de 2011, todo hubiese sido mucho más fácil. Hubiésemos tenido un cumplimiento
estricto del objetivo del déficit y la consolidación fiscal habría sido más
fácil", lamentó el ministro en referencia a la incapacidad del Gobierno anterior
para cerrar el déficit del año pasado en el 6%, como estaba comprometido.
Sobre reforma laboralDe Guindos ha calculado que de haberse aplicado antes la reforma laboral aprobada por el Gobierno las listas del paro contabilizarían un millón menos de desempleados, al tiempo que esperó que estas medidas generen "efectos positivos" sobre el empleo a finales de este año."El Gobierno está convencido de que la reforma laboral va a tener a medio plazo efectos positivos en el empleo a finales de este año", aseguró, para después incidir que, sobre todo con los mecanismos de flexibilidad, España se habría "ahorrado" esta cantidad de parados.
El ministro además justificó las previsiones de que la economía caiga un 1,7% este año y el paro se eleve por encima del 24% de la población activa porque el Gobierno "no habla de brotes verdes", y sí de "datos realistas".
De Guindos, ante la presencia del presidente de Bankia,
Rodrigo Rato, exigió que los que "más tienen" se solidaricen con las medidas de ajustes y "arrimen el hombro", y defendió la limitación de los sueldos en las entidades financieras con ayudas públicas. Sobre los cambios en el sector financiero señaló que "el mercado ha acogido de forma favorable la reforma financiera y que el BCE le
ha dado su visto bueno. Hemos visto emisiones de deuda por parte de los
bancos", dijo. Además, aludió a la moderación de los sueldos de entidades que
han recibido ayudas con dinero público. "Antes o después veremos que saldremos
de la mayor crisis de nuestra historia reciente", concluyó su presentación.
El alto cargo dijo a su vez que pese a que España entra en una nueva recesión,
hay una serie de elementos positivos a tener en cuenta, como la menor inflación,
el frenazo en el endeudamiento, la ganancia en la competitividad del sector
manufacturero. De Guindos cree que la reforma laboral y la reforma financiera
sentará las bases para la creación de empleo y el crecimiento económico.
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