Los Técnicos del Ministerio de
Hacienda (GESTHA) estiman que las arcas públicas recaudaron
2.020 millones de euros menos de lo previsto inicialmente en sus
medidas de ajuste fiscal por no predecir adecuadamente la dureza y
duración de la crisis, lo que supuso una desviación del
5% respecto al pronóstico original.
Los mayores desfases se produjeron en la
recaudación del impuesto de la renta de los trabajadores,
debido a la pérdida de poder adquisitivo, la caída del
consumo y la falta de confianza. Así,
el recorte del 5%
de los salarios públicos, que estimaba un ahorro de
6.800 millones de euros para 2010 y 2011, apenas redujo en 2.160
millones el pago de nóminas de las administraciones
públicas. Además, esta medida tuvo un coste de 1.485
millones debido a las menores retenciones practicadas en el
IRPF.
Otra medida efectista fue la
subida de impuestos aprobada por Zapatero para las
rentas más altas, las que superan los 120.000 euros
anuales, que no consiguió dar una alegría a las arcas
públicas, ya que de los 700 millones de euros de
recaudación esperados para los ejercicios 2011 y 2012 solo se
obtuvieron 179 millones, una cuarta parte. Esta importante
desviación se debe, según Gestha, a que los grandes
patrimonios no tributan la mayor parte de sus ingresos por el IRPF,
sino por otros instrumentos con menor fiscalidad, como las Sicav.
Precisamente por este motivo tampoco
tuvo éxito el aumento del gravamen para las rentas del
capital en 2010 y 2011, que finalmente no halló todo
la recaudación que esperaba encontrar: de los 1.000 millones de
euros previstos solo logró 712 millones.
Estimaciones ajenas a la
realidad
Este fiasco de las medidas fiscales
puestas en marcha en los últimos años se produce,
según Gestha, por
sobrevalorar el papel de la
política fiscal como impulsora de la actividad
económica y correctora del déficit público, ya
que difícilmente pueden subir los ingresos tributarios si al
mismo tiempo se realizan ajustes que afectan negativamente a la
capacidad de consumo de contribuyentes y empresas.
Además, la
incertidumbre que sobrevuela la actividad
económica se encuentra entre las causas que explican el desfase
entre lo proyectado por el Gobierno y la recaudación final. De
hecho, la escasa repercusión de la rebaja de impuestos para las
pymes y autónomos que creen empleo es una prueba de ello, dado
que
de los 700 millones de euros en incentivos
comprometidos en el primer año
solo se consumieron 410
millones, poco más de la mitad.
De lo que sí se aprovecharon
muchos empresarios fue de la extensión de la libertad
de amortización aprobada por el Ejecutivo de Zapatero,
que permitía a las empresas reducir su base imponible para
pagar menos impuestos, incluso sin la exigencia de mantener el empleo.
Esto provocó que, de los 14,1 millones de euros presupuestados,
el coste final para las arcas públicas se
elevara a 557 millones en 2012.
A pesar de su coste, Gestha estima que
este tipo de medidas podrían ayudar a impulsar la actividad
económica, mientras que otras, como la amnistía
fiscal a los defraudadores, crean agravios
comparativos con el resto de ciudadanos y, para más inri, no
logran recaudar lo esperado. Así, los 2.500 millones previstos
se quedaron en 1.284 millones, justo la mitad.
Los
Técnicos del
Ministerio de Hacienda (Gestha) forman el colectivo
más representativo dentro del Ministerio y la Agencia
Tributaria, al agrupar a 8.000 profesionales. En la actualidad, los
Técnicos realizan estudios macroeconómicos de gran
calado con el objetivo de conocer la realidad fiscal de nuestro
país y conseguir una administración tributaria
más eficiente y capaz de reducir el elevado volumen de
economía sumergida, que alcanza el 23,3% del PIB. Por ello,
Gestha participa activamente en importantes debates abiertos ante la
opinión pública, como son la la lucha contra el fraude y
otros temas de actualidad. Más información:
www.gestha.es