El
ministro Fernández Díaz se lo esperaba, y fue más listo que todos: a última
canceló su asistencia al acto de toma de posesión, en el complejo policial de
Canillas, de los nuevos policías nacionales destinados en Madrid. Pero... las
vuvuzelas no perdonaron a personajes más incautos, o con más tragaderas, como
la alcaldesa de la capital, Ana Botella, la delegada del Gobierno, Cristina
Cifuentes -muy acostumbrada ya a estas cosas-, y el director general de la
Policía, Ignacio Cosidó, que para eso le pagan... menos que al ministro del
Interior, pero le pagan.
Los
tres, junto a otros invitados de alcurnia, como algún general de la Guardia
Civil, han sufrido en la mañana de este martes el desprecio generalizado de
unos 500 policías, convocados por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) en
las puertas del Complejo de Canillas.
Había
antidisturbios desplegados, claro, pero la vuvuzela no es ilegal -todavía-, aunque suena
como las trompetas del juicio final, y la enorme pito-trompetada que se generó
hubiera derribado por sí sola las murallas de Jericó. Vamos, que los nuevos
policías recién saliditos de la academia ya saben lo que les espera.... Y los
mandos policiales, por las rebajas salariales, también.
Todo
parece indicar que ya hay un plan de actuación-protesta-policial y que cada vez
que comparezca algún mando-mandatario de ese u otro Ministerio,
vuvuzelada-policial al canto. El plan de protesta no parará ni en vacaciones.
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