El regreso de
Mariano Rajoy a la actividad política después varios días de vacaciones en Semana Santa no ha podido ser más 'agitado'. El presidente del Gobierno se encontró este lunes con el monumental lío montado por las declaraciones a un periódico alemán de su ministro de Economía,
Luis De Guindos, sobre la
reforma del sistema sanitario y en los
matices que dio en la entrevista a la Cadena Ser de esta mañana en la que dejaba la puerta abierta al copago sanitario, aunque en función de la renta. En vista de la que se había organizado y al saber que iba a salir el propio
Rubalcaba a
contestar desde Ferraz, Rajoy decidió que compareciera previamente a dejar las cosas claras el
vicesecretario de Organización del PP,
Carlos Floriano.
Fuentes de la Moncloa se apresuraban a asegurar a todo el que se interesaba por el asunto que De Guindos había hecho esas declaraciones "a título personal" y que eran meras "reflexiones". Y es que el Gobierno ya tiene suficientes problemas como para que encima se instale entre la ciudadanía 'miedo' a tener que pagar por la atención sanitaria después de insistir las últimas semanas en que no se iba a introducir el copago.
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