Este miércoles ha sido un
día negro, sin duda, para el presidente
Mariano Rajoy y para su Gobierno,
especialmente para los ministros
José Ignacio Wert, de Educación, y
Alberto ruiz-Gallardón, de Justicia. Pero ha habido
rapapolvos para todos, incluida la vicepresidenta
Soraya Sáenz de Santamaría, a
la que probablemente por primera vez
ha vencido en debate dialéctico su homónima
socialista Soraya Rodríguez...
Pero, ¿qué pasaba por la
cabeza del presidente del Gobierno nada más recibir las
peticiones de que
dimitiera por 'mentiroso' y por 'incompetente'? Nadie lo sabe, pero salió como
un misil del hemiciclo y se reunió en el Escritorio de Sus Majestades con el
ministro de Hacienda,
Cristóbal Montoro, de quien recibió explicaciones de alguna
cuestión de la que los informadores no pudimos enterarnos. Ambos tenían cara de
muy pocos amigos.
Minutos después de esa
conversación, Rajoy salía hacia su coche oficial, pero antes de introducirse en
el mismo dio instrucciones, con dedo índice extendido, a su jefe de gabinete,
Jorge Moragas... con cara también de pocos amigos.
Son curiosos estos
encuentros porque: uno, acaban de llegar este miércoles al FROB los
40.000
millones de euros 'prestados' para el rescate de la banca (el Gobierno no ha
revalorizado las pensiones porque 'costaba' la operación 2.500 millones de
euros); dos, se le ha llamado
'embustero' e 'incompetente' y por primera vez se
le ha pedido la dimisión; tres, estamos inmersos en plena especulación sobre si
España tiene que quedar ya el rescate total, y cuatro, estamos asistiendo a una
auténtica
rebelión de los presidentes autonómicos por distintas cuestiones,
incluyendo a los del PP.