Mal de muchos, remedio de tontos. Es el refranero
castellano aplicado a la política, o más bien, a determinados políticos
de la derecha -y a sus terminales mediáticas- que se muestran casi
eufóricos por los resultados del barómetro del CIS conocidos el viernes.
Pero, ¿por qué?
Dicen filas
adentro que sí, que los resultados no son buenos para el PP, que pierde
un punto respecto al barómetro de enero, pero que el PSOE, el principal
partido de la oposición que debería recoger lo que pierde el PP por el
lado más moderado, pues pierde a su vez tres puntos; y son tres puntos
-dicen los de Génova- que no recogen ni IU, a la izquierda del PSOE, ni
UPyD, a su derecha. Con lo cual, en unas hipotéticas elecciones
generales volveríamos a tener gobierno del PP.
A
eso es a lo que el refranero castellano llama 'remedio de tontos'.
Porque en esos análisis simplistas y apresurados se olvidan algunos
puntos que es necesario recordar -y que así lo hacen analistas más
comprometidos con su profesionalidad-:
- El partido en el Gobierno ya ha perdido más de diez puntos desde las elecciones generales de noviembre de 2011.
-
El PSOE, pese a la evidente catástrofe, mantiene grosso modo su nivel
de voto de las últimas generales (28,2% de estimación de voto frente al
28,76% de las generales 2011).
- El PSOE se ha movido entre el 28 y el 30,2% en estimación de voto en los barómetros del CIS desde las generales
-
El PSOE supera al PP en voto + simpatía por tercer Barómetro
consecutivo: el PSOE es el primer partido, con 3,5 puntos de ventaja
sobre el PP y 11 sobre IU.
-
Respecto a las valoraciones de líderes políticos, todos los políticos
reciben puntuaciones muy bajas, pero, en este contexto, Rubalcaba está
mejor valorado que Rajoy y que prácticamente todo el gabinete
conservador.
Y eso que el
barómetro del CIS no ha tenido en cuenta, por ejemplo, Madrid, donde la
privatización de la sanidad, de la educación y los grandísimos recortes
sociales introducidos han abocado al PP madrileño casi a la extinción en
las urnas. Es decir, que ¿euforia en el PP, por qué?
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