El Levante sigue una jornada más instalado en lo más alto de la
clasificación junto al Barcelona tras golear al Málaga, un equipo
llamado a conseguir grandes cosas esta temporada, pero que salió
trasquilado del Ciutat de Valencia, ante el dulce estado de forma de los
valencianos.
Willy Caballero, expulsado por golpear el balón con la
mano fuera del área, y Rubén, portero suplente, con un error en el
tercer tanto, ayudaron al equipo de Juan Ignacio Martínez a llevarse una
victoria cómoda por 3-0. [
Narración y estadísticas: 3-0]
Con una plantilla que ronda una media de edad de casi 32 años, los
jugadores del Levante derrocharon las ganas e ilusión de unos juveniles.
Su compromiso no está exento, además, de buen juego; un valor añadido
esta campaña por su entrenador Juan Ignacio Martínez, artífice del
milagro levantinista. El partido prometía emociones entre las dos
revelaciones del campeonato y no defraudó. El Málaga, fiel al estilo de
su técnico Manuel Pellegrini, se hizo con el balón y exhibió una buena asociación en la medular pero sin profundidad en sus acciones.
Al Levante no le quemó el balón y lo sacó siempre con criterio desde
atrás, armando bien el contragolpe, como demostró en el primer gol, tras
una buena acción por banda izquierda entre Juanlu y Juanfran, que
culminó Barkero, con la colaboración de un defensa.
El tanto fue un golpe directo a la mandíbula de un Málaga que perdió
su buena colocación en el campo, lo que explotó el conjunto valenciano
al contragolpe. Un balón en largo a Koné fue cortado con la mano por el
meta Caballero fuera del área y esa jugada fue la tumba definitiva para
los andaluces. El portero argentino fue expulsado y en el lanzamiento de
la falta llegó el segundo tanto del Levante, al aprovechar Juanlu un rechace en el área tras el lanzamiento de Barkero.
El Málaga se perdía en un juego horizontal inocuo en el que sólo Cazorla
ponía algo de criterio ofensivo. Sus diagonales y sus pases fueron lo
mejor de su equipo. Los de Jose Ignacio seguían a lo suyo y Koné, poco
antes del descanso, aprovechó el inesperado regalo del meta Rubén que,
con un error garrafal, dejó en bandeja al ariete africano el tercer
tanto local.
La única ocasión clara del Málaga llegó en el último minuto, tras una
sensacional asistencia de Cazorla a Gámez, pero el portero Munúa se
unió a la fiesta de su equipo con una gran mano que permitió a su equipo
retirarse con un contundente 3-0 al vestuario.
Pellegrini se la jugó tras el descanso y dio entrada a dos delanteros como Rondón y Seba,
aunque prescindió de Cazorla, lo que permitió crecer en el campo a
Isco, que adquirió un mayor protagonismo. El Málaga dominaba el balón
pero era el Levante el que daba más sensación de peligro cuando
conseguía hilvanar una contra, con un Barkero inmenso todo el partido,
bien secundado por Farinós.
El partido bajó de revoluciones paulatinamente hasta su conclusión y
el conjunto valenciano, que pudo ampliar su renta, firmó su quinta
victoria consecutiva, el mejor registro de su historia en Primera.