Juan Moscoso del Prado
Juan Moscoso del Prado Hernández (Pamplona, 1966) es diputado del PSOE por Navarra. Es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, Máster en Economía por el Colegio de Europa de Brujas (Bélgica) y está diplomado en Economía por la Universidad de Kent (Reino Unido, Programa Erasmus). Entre otras cosas, es miembro de la Comisión Ejecutiva Federal (CEF) del PSOE, como Secretario de la Unión Europea, así como del Comité Consultivo de la UIP ante las Naciones Unidas. Ha sido miembro de la delegación de las Cortes Españolas en la Asamblea Parlamentaria ante el Consejo de Europa y Presidente de dicha delegación (2009-2011). Ahora presenta el libro 'Ser hoy de izquierdas' (2014, Planeta), donde analiza una socialdemocracia en horas bajas.
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¿El PSOE sigue siendo de izquierdas?
Por supuesto siempre lo ha sido y siempre lo será. Sin embargo, los errores cometidos por la socialdemocracia durante las últimas décadas combinados con las consecuencias de la crisis han provocado una crisis que afecta también a la credibilidad de la izquierda porque Bill Clinton en EE.UU., Tony Blair en el Reino Unido y Gerhard Schröder en Alemania apuntalaron muchas de las decisiones de desregulación que provocaron la crisis financiera y nuestra particular burbuja. La izquierda, en ese momento de euforia de mercado, de sensación incluso de final de los ciclos y de desaparición de la pobreza, fue incapaz de plantear un paradigma alternativo porque la opulencia lo invadió todo.
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¿Usted es favorable a que el secretario general del PSOE sea elegido por los delegados, los militantes o los simpatizantes?
Yo soy partidario de que al Secretario General del PSOE lo elijan los militantes con su voto directo como ocurre por ejemplo en el Partido Laborista británico o como hicieron los socialistas franceses cuando eligieron a François Hollande secretario general. Para elegir a nuestro candidato a Presidente del Gobierno soy partidario de que también votos todos aquellos simpatizantes que lo deseen. Ambas vías han sido aprobadas e instauradas y aprobadas por la actual Comisión Ejecutiva Federal del PSOE de la que formo parte.
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¿Por que existe la impresión de que la derecha gestiona los recursos público mejor que la izquierda? ¿Cuanto hay de verdad en eso?
Esa es una buena pregunta que intento responder en "Ser hoy de izquierdas", en especial en un tiempo en el que no es fácil encontrar respuestas objetivas. Durante un largo periodo de tiempo, casi 25 años, la maquinaria conservadora de fabricación de marcos de referencia convenció a medio mundo de que las virtudes de la desregulación y las políticas de oferta eran hechos objetivos demostrables por la ciencia económica. Hoy sabemos que no es así. Durante esos año en los que la izquierda no supo estar a la altura de la maquinaria ideológica conservadora o neocon la ideología sustituyo al conocimiento objetivo sesgando la evolución de un ciclo económico completo. En nuestro país desde 1993 hasta 2008. Fueron los años en los que la Revolución Conservadora de Ronald Reagan y Margaret Thatcher coincidió con la caída del muro de Berlín, sus ideas alcanzaron todos los sectores -financiero, inmobiliario...- , ideas que la aceleración de la globalización impulsada por las nuevas tecnologías propagó por todo el mundo. La crisis actual está demostrando que es una falacia y que su nueva receta, la austeridad, no funciona y es también una construcción ideológica.
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¿Cómo cree que puede el PSOE recuperar la ilusión de sus votantes?
"Ser hoy de izquierdas" termina con estos dos párrafos: La desafección, la pérdida de confianza de la ciudadanía en los políticos y en las instituciones democráticas se debe a diferentes razones -crisis económica, corrupción, representatividad, sistema de partidos...- comunes a todo el sistema actual, aunque para la izquierda tiene una causa particular adicional: la falta de confianza en el cumplimiento de las promesas electorales. Nunca más la izquierda debe hacer en el gobierno lo que nunca prometió desde la oposición y durante la campaña que le llevó al poder. Un problema insuperable incluso si se intenta hacer lo que se prometió, como está sucediendo en Francia, pero no se logra. Que la derecha incumpla sus programas es su problema, la izquierda no puede vivir con ello.
Las personas de izquierdas quieren poder votar candidatos competentes y comprometidos, preparados, con personalidad, con experiencia en otros ámbitos, porque quieren que sean parte importante del futuro, del futuro de todos. Por eso también necesitan creer en las propuestas, y contemplar en las mismas un proyecto de vida y convivencia de medio y largo plazo, un proyecto que trasmita seguridad y sensación de mejora, y que sea capaz de construir instituciones y políticas que les sirvan durante toda su vida. Propuestas, también, que sean lo contrario del gris e incluso siniestro proyecto social de la derecha española.
El sueño del progreso es de la izquierda, y sin él la izquierda está perdida.
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¿En que puede ayudarnos Europa a salir de la crisis en la que estamos inmersos?
Europa y España necesitan un Plan de Crecimiento de 10 años que nos permita recuperar el ciclo perdido en el monocultivo inmobiliario, supere el mito 1996-2004 y acomode las reformas políticas y constitucionales que nuestro modelo de convivencia necesita y que no son imposibles de consensuar mientras perdure la crisis económica y sus consecuencias.
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¿Es bueno que exista una Europa a varias "velocidades"?
Es irremediable. La Unión Europea debe continuar su proceso de integración política desde un planteamiento realista que exigirá la máxima legitimidad democrática. Ese es el único camino para derrotar el populismo y el euroescepticismo que buscan en interés propio falsos culpables a las crisis simultáneas que vivimos en Europa y en sus Estados miembros: económica, social e institucional. Ese avance no debe ser lastrado por actitudes como la británica o la de algunos países que no participan en cooperaciones reforzadas como Schengen o, sobre todo, en el euro.
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¿En que se diferenciarían con el PP en el caso de que estuvieran gobernando en relación con la banca?
Europa es de nuevo la clave como explico en "Ser hoy de izquierdas", una Europa que afronta sus próximos pasos integradores con medido entusiasmo. Una desequilibrada unión fiscal sólo por el lado de los gastos, y una indeterminadísima unión bancaria con un proyecto razonable de supervisión pero sin rastro alguno de mecanismo de resolución solidario y común, y mucho menos de garantía de depósitos, se abren paso mientras seguimos sin noticias de la solidaridad verdadera, la que tiene que ver con la deuda soberana y con la construcción de diques que garanticen que la deuda privada no se convertirá en pública -en España el rescate de Bankia, las cajas gallegas y catalanas nos ha costado a los contribuyentes más que toda la red de alta velocidad existente-. Es evidente que el campo de la banca ética, de los otros tipos de créditos, de la inversión cívica, constituyen todavía un campo sin explorar en el que la izquierda debe adentrarse con valentía. No hay que olvidar que John Maynard Keynes alertó sobre la inestabilidad intrínseca de la economía de mercado hace más de 80 años.
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¿Se puede 'ser de izquierdas' y monárquico?
Me gusta mucho la definición de José María Maravall sobre lo que para él es ser de izquierdas, "los que nos indignamos ante la injusticia y la ignorancia", y debo reconocer que me caló hondo porque la frase recoge con precisión lo que somos o como nos sentimos algunos que así nos consideramos. Otra gran definición, la de Alfonso Guerra, esta vez del socialismo, lo define como el ansia de trabajar para que ningún ser humano sea tan poderoso como para someter a un semejante, y que ningún ser humano sea tan débil como para dejarse someter. Sin duda una reflexión muy republicana.La crisis económica y social ha abierto una profunda crisis institucional que tiene dos ejes principales: el agotamiento del modelo territorial surgido del esquema constitucional de 1978 y la desafección ciudadana con las instituciones y sus representantes políticos. En 1978 el pacto constitucional reflejó lo que querían los ciudadanos, logró un delicado equilibrio y cerró un texto que, como reconocen la inmensa mayoría de expertos, constituyó en ese momento un hito jurídico en materia constitucional a escala global, una constitución respetada y estudiada en todas las facultades de derecho del mundo. Hoy no se habría hecho igual, es evidente, ni la nuestra ni ninguna otra, pero eso no reduce su inmenso valor. Hoy un debate democrático sobre su reforma no debería excluir ningún tema, ni el de la jefatura del Estado.
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¿Que opinion le merece las políticas que está aplicando Mateo Renzi?
Mateo Renzi está demostrando que con reformas radicales en democracia, instituciones, transparencia, lucha implacable contra la corrupción propia y ajena, y apertura de la política a la participación y a los ciudadanos -primarias abiertas-, abandonando las prácticas que han lastrado al sistema político italiano desde hace décadas se puede ilusionar a los ciudadanos y ganar desde la izquierda. Se puede hacer y al mismo tiempo gobernar.
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¿Cuales son sus referentes económicos actuales en Europa?
Soy europeísta pero déjeme hablar de Japón, quizás la sociedad más clara con un mercado de trabajo más igualitario, una sociedad de alto valor añadido y elevados niveles de educación y formación, tecnológico y humano,una sociedad que invierte en sus niños y jóvenes para evitar que en el futuro vivan subsidiados. Japón cuenta con los dos ingredientes imprescindibles para crecer y generar prosperidad: talento y capital humano -conocimiento, y un entramado institucional de calidad que garantice la igualdad de oportunidades.
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¿Cómo se puede combatir el Euroescepticismo?
Con reformas democráticas en Europa para devolver a los ciudadanos el control de la economía. La izquierda puede y tiene que recuperar el control político de la economía, algo que se ha perdido en los últimos 30 años. La economía ya no depende de la política. Hay una famosa 'paradoja de Rodrik' que explica que es imposible compatibilizar en el mundo actual tres elementos: el Estado-nación, la globalización y la democracia.
Hay que buscar un proyecto de izquierdas supranacional. El primer escalón debe ser gobernar desde la izquierda, gobernar el euro, Europa, desde el ámbito que se toman las decisiones políticas al menos para Europa. Esa combinación de libertad e igualdad que ya solo puede ofrecer la izquierda.
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¿Cree que hay democratizar la vida interna de los partidos para 'ser hoy de izquierdas'?
Por supuesto, en el libro lo explico bien como muestran estos párrafos "Ahora más que nunca la izquierda está obligada a dar ejemplo. También, a abrir nuevos cauces de relación con la sociedad eligiendo a sus candidatos a presidir gobiernos o a ser alcaldes mediante primarias abiertas en las que pueda participar cualquier ciudadano y potencial votante. Primarias porque la participación abierta es un fin en sí mismo, un instrumento de legitimación, movilización y de apertura. Y primarias abiertas en los diferentes niveles políticos o de la administración: Gobierno, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, lo cual exigirá generalizar esta práctica en el seno de los partidos políticos, quizás regulándolo por Ley, y abriendo un camino nuevo prácticamente inédito en que se deberá ir tomando nota de los errores que se produzcan. Sin duda una de las cuestiones más delicada será la de cómo equilibrar y calibrar los resultados de las primarias con las direcciones de los partidos políticos, elegidas democráticamente en sus congresos, y que en nuestro sistema juegan, y deben seguir jugando creo, un papel político fundamental. Otra cuestión interesante es la de garantizar la igualdad de oportunidades en los procesos de primarias en una democracia cada vez más mediática como la nuestra, como todas en realidad, en la que sólo los candidatos mediáticos tendrán verdaderas oportunidades de concurrir, y en la que la capacidad para ser "mediático" depende de la voluntad de los cada vez más poderosos medios de comunicación, de las cúpulas de los partidos políticos que deciden su política de comunicación o, en tercer lugar, de la disponibilidad de recursos económicos que permitan financiar campañas de comunicación personal."
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¿Cree que la Unión Europea es suficientemente democrática?
NO lo es, y por ello es una fuente preocupante de desafección política, porque la ciudadanía percibe que no decide sobre lo que más afecta en su vida, las decisiones económicas y sociales. Como explico en el libro, la desafección política es el resultado de varios factores. En primer lugar, la demostrada incapacidad para controlar desde las instituciones democráticas tanto las decisiones que provocaron la crisis económica como las injustas medidas puestas en práctica para intentar salir de ella con nulo éxito hasta ahora. Un problema de largo recorrido, en España un ciclo económico completo perdido, 1993-2008, por infinidad de errores -una burbuja insostenible-. Un trágico error colectivo que casi nadie vio venir y que la derecha aún niega atrapada en el espejismo del milagro económico de Aznar, el mito 1996-2004. Un problema de diagnóstico, y de terapia. Si da igual votar a la izquierda o a la derecha porque las decisiones se toman en otras instancias -Europa- y las políticas no cambian, entonces, la desafección es la más moderada de las reacciones imaginables...
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DESPEDIDA
Muchas gracias a todos por las preguntas, veo que hay algunas de corte personal que estaré encantado de responder en mi correo electrónico jmoscoso@congreso.es pero que no veo procedentes un chat como éste.
El libro comienza así "La izquierda y España se necesitan. Ambos se han modernizado al mismo tiempo. Es más, sin la modernización de la izquierda no se habría producido la de nuestro país. Sin una izquierda moderna y con capacidad de gobierno España se paraliza, se ahoga, se pierde bajo la gris hegemonía de la derecha y reaparecen las viejas contradicciones y frustraciones que tanto nos han lastrado en la historia."
Hasta pronto, JUAN
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