Según el escrito de acusaciones, en junio de 2010 el acusado llamó a su expareja, E.M.G., y quedó con ella con el pretexto de devolverle algunas pertenencias, a lo que ella accedió.
Al finalizar el encuentro, el acusado pidió a su excompañera que le llevara en su vehículo al lugar donde residía, y al llegar le quitó las llaves del vehículo y la metió en su casa cogiéndola del pelo y atándola de pies y manos, a la vez que le colocaba un cinturón en el cuello.
En esa situación, instó a la víctima a llamar a su hijo y a una amiga para decirles que se encontraba bien mientras le colocaba un cuchillo de 20 centímetros de hoja en el cuello, para después colocarla en el maletero del vehículo y trasladarla a un descampado, situado en la localidad toledana de Poyales de Hoyos.
Una vez allí, pasaron la noche y gran parte del día siguiente, tras lo que el acusado, según el escrito de acusaciones, la volvió a introducir en el maletero del coche y se dirigió hasta la localidad vecina de Oropesa, donde la sacó para sentarla en el asiento del copiloto, momento en el que la víctima pudo huir.
Cuatro días después, y durante un mes, el acusado llamó por teléfono a la víctima un total de 2.133 veces, y en algunas de esas comunicaciones le llegó a decir que le iba a matar.
Por estos hechos, el Ministerio Fiscal pide para el acusado un total de 8 años de cárcel, seis por un delito de detención ilegal y dos por un delito de amenazas.