Cinco únicas intervenciones centraron el debate a puerta cerrada que celebró el líder del PSOE,
José Luis Rodríguez Zapatero, con los diputados y senadores del grupo Socialista. Y todas para salir en defensa, de una manera u otra, del Pacto de pensiones que acaba de cerrar el Gobierno con sindicatos y empresarios y que ahora se ‘negocia’ con los grupos parlamentarios.
Y de esas cinco, tres fueron protagonizadas por los diputados adscritos a la corriente Izquierda Socialista, Manuel de la Rocha,
Juan Antonio Barrio de Penagos, y
José Antonio Pérez Tapia, que habían manifestado en contra de la reforma laboral aprobada por el Gobierno. Pero los tres consideraron que el pacto alcanzado ahora en materia de pensiones va por buen camino ya que su ultima intención – aunque muchos ciudadanos y ciertos grupos de la ‘izquierda’ no lo compartan- es garantizar la jubilación de las generaciones venideras. Así, y más que alabar en sí el contenido del acuerdo, lo que los diputados de IS pusieron en valor fue el hecho de que el Gobierno haya sido capaz de recuperar los “puentes rotos” con los sindicatos.
El propio Zapatero, en su intervención final, resaltó este hecho, destacando la “responsabilidad” demostrada tanto por los líderes sindicales como por lo empresarios que han sabido ceder en sus demandas. El presidente puso esta actitud en contraste con la del PP que, a su juicio, nunca está de acuerdo en nada.
Los movimientos abertzales, "por buen camino"
Pero en la reunión a puerta cerrada también se refirió Zapatero a los últimos movimientos que se están detectando en la izquierda abertzale, sobre los que opinó que “van por la buena dirección”, aunque hay que ser “muy prudentes”.
Sobre este asunto, sin embargo, no hubo ninguna referencia en su intervención inicial, abierta a los medios de comunicación, en la que tampoco hizo alusión concreta a los nuevos estatutos por la izquierda abertzale. Incidió, igualmente, en ,lo que ya han expresado el lehendakari Patxi López y el vicepresidente Pérez Rubalcaba, en el sentido de que serán los jueces los que decidan si se legaliza o no la nueva fuerza política de la izquierda abertzale.
Una ‘reflexión’, sin embargo, que ha tenido su aquél ya que Zapatero lamentó, en un momento determinado, que si estas expectativas de cambio en el mundo radical vasco se hubieran dado con el Gobierno de Aznar todo hubieran sido parabienes, pero que al darse con un Gobierno socialista no hay más que reproches y acusaciones.
Según asistentes a la reunión, el líder del PSOE tampoco ‘tocó’ el delicado – y polémico- asunto sobre su posible sucesión. Ningún diputado ‘osó’ preguntarle por tal extremo.
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