Nosotros siempre lo decimos: respeto máximo no sólo a lo evidente, que es la libertad de expresión y la libertad de opinión. Y también añadimos que todas las líneas editoriales, mientras no vayan en contra de las leyes, ni atenten contra ningún principio básico constitucional, tienen sentido y cabida en nuestra sociedad. Estaría bueno que no. Pero una cosa es eso y otra es la falta de respeto, la obsesión sin argumentos y la poca seriedad periodística. Por no decir la poca ética. Es la enésima vez que traemos a estas páginas de Im-presentable una portada de '
La Gaceta', el diario que desde hace unos años maneja el Grupo Intereconomía. Dirigido por
Carlos Dávila, lleva unos meses inmerso en una campaña obsesiva contra
José Bono, presidente del Congreso, y este jueves no ha dejado escapar su ocasión para dedicarle su portada tras el 23-F, ridiculizándole.
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La Gaceta' emplea una ilustración de sus humoristas
Quero y Navarro a toda página en la que Bono protagoniza una escena. Él, en bata, aparece en un pasillo frente a una serie de cuadros imaginarios en los que el socialista juega a manipular la Historia para salir en todos los episodios clave del 23-F -y con un gesto más que desafortunado-.
Tiene todo su derecho '
La Gaceta' a cuestionar la figura política de Bono y a opinar que sea una persona que exagere su ego, pero de ahí a llevar a cabo esta ridícula escenificación imaginaria es más propia de gente obsesionada e irracional que de autores de un medio de comunicación.
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