Entre los corrillos informales que mantuvo el líder del PP, una de las cosas que dijo
Rajoy, ya con bastante contundencia, es que está convencido de que el vicepresidente primero del Gobierno,
Alfredo Pérez Rubalcaba, acabará siendo el candidato del PSOE en las próximas elecciones generales y por eso contestó a los periodistas que se prepara para combatir al cántabro, y no a ningún otro.
Además, Rajoy dejó otra perla porque no es que defendiera a
Zapatero, su actual rival político, pero sí que dijo no entender cómo se le puede estar criticando tanto en su propio partido y que él no conteste. Era una clara referencia a las continuas declaraciones de barones del PSOE que piden la retirada urgente de ZP para dejar paso a su sustituto. Rajoy las definió como una campaña de "humillación contra Zapatero" y que jamás aguantaría, aseguró, si estuviera en la piel del líder socialista.
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