“En un mundo donde la reputación es riqueza, sólo aquellos que hacen lo bueno y bien hacia los demás es el más rico”. The Whuffle Bank no oferta depósitos a bajo interés, ni planes de pensiones vitalistas para disfrutar de una jubilación dorada. Es un banco especial: cuida tu reputación. Lo hace a través de una herramienta que mide el porcentaje de lo bien que lo estás haciendo en la red y cuánto cuidas al cliente y/o marca. Esta influencia crea un capital social ficticio basándose en cuánto de relevantes son tus mensajes para la gente con la que estás conectado.
De momento sólo funciona con la red social Twitter, pero The Whuffle Bank aprovechará en los próximos meses la potencia de redes como Facebook, FriendFeed o agregadores como Digg. Todo para que tu reputación esté en las mejores manos.
LaListaWIP.com también permite medir la reputación online, pero de las celebridades en exclusiva. Por ejemplo, Barack Obama encabeza la lista, muy por encima de George W. Bush, y de Lady Gaga, Michael Jackson o Paul McCartney. Esta página, propiedad del Grupo PRISA, separa por temáticas a los líderes espirituales de la red. Por ejemplo, en humanidades quien tiene mejor reputación es Noam Chomsky; en deportes, Tyson Gay; o en tecnología, Bill Gates.
Bizinformación.es es otra herramienta a destacar. Al poner la dirección de la página web, permite calcular qué cantidad económica podría costar. La cifra se obtiene en base a diferentes parámetros. Entre ellos, el número de visitantes diarios, las páginas que tienen contenido y el número de páginas vistas. También estima el valor económico en función de la antiguedad de la propia web. Nada más detallar el monto que puede llegar a costar, elabora un ranking de las páginas mundiales y españolas señalando en qué puesto se encuentra la misma y el número de enlaces de hipertexto incluidos.
Además, para medir la influencia de tu marca en Twitter, la red social de los 140 caracteres, están
Klout.com y
Twitter Grader. La primera de ellas, al insertar el nombre de usuario, genera un resumen del perfil y la influencia que la marca tiene sobre los usuarios y qué usuarios influencian a la misma. También permite reconocer los temas populares sobre los que se twittea. Por su parte, la segunda mide la importancia de una marca o usuario en función del número de usuarios que le siguen, la importancia de éstos, el tiempo que pasa entre la publicación de cada tweet así como lo completo que está el perfil.
Ahora las empresas, instituciones y personajes públicos no tienen excusa para generar una buena impresión en la comunidad virtiual. Aunque, a pesar de todo, vale más conocer el medio y la red social en la que se ha abierto un perfil, ser honesto y transparente, así como valorar las opiniones y críticas que se reciben más que conseguir aumentar de manera progresiva y sustancial el número de followers. Aunque hoy en día quien se encarga de generar todas estas características no es el político o el director de una empresa, sino un
Community Manager.