El Rey Juan Carlos no disimuló el martes su malestar por los pitidos y abucheos que salpicaron el desfile de la Fiesta Nacional. "Es una fiesta que debemos cuidar y aupar", dijo el Rey, en conversación con los periodistas en el palacio Real, tras deplorar la falta de respeto mostrada por parte del público. También don Felipe lamentó que se haya convertido en costumbre "recurrente" aprovechar una fiesta institucional como la de ayer para protestar contra el Gobierno.
El presidente Zapatero, el principal aludido, se limitó a comentar resignado: "Es lo de siempre. Forma parte del guión". El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, calificó de "muy duro" que "la extrema derecha se apropie" de la fiesta de todos los españoles y Defensa acusó de los disturbios a "grupos organizados".
Pero frente al malestar de la Familia Real y la indignación de un buen número de militares, el PP guardó silencio. Ni su presidente, Mariano Rajoy, ni su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, presente en el acto, criticaron en público a los alborotadores. Por otro lado, la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, defendió la libertad de expresión de los que pitaban.
Discusión entre Zapatero y Gallardón
Otra de las anécdotas de la jornada fue la acalorada conversación entre Zapatero y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, justo antes del desfile. Hablaron sobre la financiación del consistorio madrileño, con dificultades para pagar las contratas de limpieza y jardinería. Testigos aseguran que la discusión llegó a elevar el tono de voz de ambos políticos.
Revilla y Aguirre
Pero más polémico fue el rifi-rafe que el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, mantuvo con la madrileña Esperanza Aguirre y un consejero de ésta. Al parecer, según desveló el propio presidente cántabro a la cadena SER, su esposa llegó a hacer un reproche en alto sobre los abucheos a Zapatero, que no permitían guardar silencio y eran para ella una falta de respeto frente al homenaje a los militares caídos. Entonces, Aguirre la contestó que debía respetar la libertad de expresión.
Y hubo más: cuando Revilla se disponía a saludar a las autoridades en el acto, el consejero de transportes de la Comunidad de Madrid, José Ignacio Echeverría, comentó en su ausencia que éste se había "hecho famoso por unas anchoas y un taxi". La mujer del cántabro lo escuchó y contestó airada que "su marido es famoso por honrado y gestor", a lo que el consejero madrileño le siguió diciendo: "No se pique usted, no se pique". Revilla, cuando regresó, averiguó su identidad y afirma que "le enviará una carta pidiéndole respeto".
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