Ahí está la novedad. Según asegura este martes el diario
El País en su noticia de apertura,
Rajoy, nada más llegar a La Moncloa, tendría en su agenda la privatización de determinados servicios públicos sociales, como los que aplican la ley de Dependencia fundamentalmente en los ayuntamientos.
El plan incluye áreas de Sanidad y Educación, como ya defienden los gobiernos autonómicos del PP en Madrid y la Comunidad Valenciana. El PP cree que esos servicios serían más productivos en manos privadas.
Y es que según ha comentado a este diario el responsable de Economía del PP,
Cristóbal Montoro, la gestión de servicios sociales como la sanidad, la educación o los de dependencia puede ser más eficaz desde la iniciativa privada.
"Reordenación del Estado"
Así las cosas, los 'populares' considerarían también prioritaria "una reordenación del Estado" para reducir radicalmente el gasto público, simplificando el reparto y la gestión de las actuales competencias.
El objetivo del PP es adelgazar la Administración simplificando esas competencias comunes y evitando duplicidades, como las que se dan ahora en casos como las ayudas al automóvil, las políticas sobre la juventud y hasta la ayuda al desarrollo y la cooperación. Su propuesta pasaría porque los ayuntamientos asumieran la mayoría de las políticas sociales y se les dotara de financiación para ponerlas en práctica.
Rajoy se ve legitimado para las reformas
Y es que según apuntan otras informaciones, la ventaja que las encuestas dan al PP sobre el PSOE ha provocado que Mariano Rajoy fije sus perspectivas electorales sobre todo en la economía. Según
La Vanguardia, Rajoy es consciente de que muchos ciudadanos que nunca han votado al PP lo haría en 2012 por la economía.
¿Vuelve el dóberman?
Por su parte, bajo el título "El Gobierno saca a pasear el dóberman", ABC dice este martes que el Gobierno ha emprendido una campaña de propaganda contra el PP y su Rajoy con el objetivo de que el PSOE remonte en los sondeos. Dentro de esa supuesta estrategia del Ejecutivo, el diario dice que el incidente "sexista" del alcalde de Valladolid fue utilizado por los socialistas para iniciar una ofensiva contra los populares.
"Hay algo en la genética del PP que rechina", reprochó Rubalcaba. Según ABC, Rubalcaba está reviviendo la estrategia socialista del "viejo felipismo", que puso cara de un perro dóberman ladrando a
Francisco Álvarez Cascos cuando era secretario general del PP.
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