Tras dos horas y cuarto de reunión del Palacio de La Moncloa,
Mariano Rajoy lo reconocía explícitamente en una rueda de prensa en la Oficina del Portavoz del Gobierno: su esperanza de que esta reunión con
Rodríguez Zapatero llevara confianza a los mercados. Lo mismo señalaba Zapatero, en rueda de prensa posterior, calificando la reunión de "útil y positiva" y 'vendiendo' a bombo y platillo los tres acuerdos a los que ambos han llegado: completar las fusiones de las Cajas de Ahorros antes del 20 de junio en base al Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB); cambiar la ley de cajas en un plazo de tres meses introduciendo modificaciones en sus órganos de gobierno para profesionalizarlas y permitiendo la apertura de capital a través de las cuotas de participación con derechos políticos (es decir, abriendo la puerta a que los bancos puedan entrar en el capital de los cajas de ahorros), y apoyando sin fisuras al Gobierno en el crédito de 9.700 millones de euros para ayudar a Grecia a salir de la crisis.
Pero hasta ahí los acuerdos. Todo lo demás ha sido un desencuentro como viene siendo habitual, y ello pese a que
Rajoy dijo explícitamente que esperaba que esta reunión en la cumbre inyectara confianza en el mercado y no se repitiera la estrepitosa caída de la Bolsa un día antes. No fue así, obviamente, porque después de que hablaran -por separado- ambos líderes la Bolsa española se desplomó otro 3 %.
Es cierto que el cierre de esos dos acuerdos entre Zapatero y Rajoy abre la esperanza a un clima de mayor comprensión en el que quepan otros acuerdos aún más sustanciales y que tengan que ver con las políticas energética e industrial. Pero lo que es en las grandes reformas económicas parece que pintan en bastos: Rajoy se presentó con su ya conocido documento "Alternativas frente a la crisis" que
Cristóbal Montoro entregó a la vicepresidenta
Elena Salgado para la reunión de la 'mesa de Zurbano'.
A ese documento, Zapatero respondió que la política económica del PP en la forma de reducir el déficit público y en las reformas laboral y fiscal -es decir, el grueso del documento del PP- estaba "equivocada" y se enrocó en que "el Gobierno tiene un plan para reducir el déficit, que lo vamos a cumplir sin que comprometa la recuperación económica. Quien está equivocado es el PP en este tema". Y otro tanto para la reforma fiscal -bajada de impuestos- pedida por el PP, que la calificó de "incoherente", o en la reforma laboral, de la que dijo que él no está dispuesto a hacer la que exige el PP "por decreto", sino a través de un pacto entre los agentes sociales.
Las diferencias económicas, pues, se mantienen, pese a lo positivo que sin duda ha significado que Rajoy y Zapatero se hayan sentado nuevamente a hablar -han pasado 18 meses desde su última reunión en Moncloa- y, además, hayan conseguido un acuerdo nada desdeñable para reestructurar o fusionar ese tercio de las Cajas de Ahorro que necesitan reformas y que, debido a problemas políticos, sus procesos de fusión estaban frenados desde las Comunidades Autónomas.
Las (importantes) diferencias
Durante la reunión se abordaron otros temas: no perdió ocasión Rajoy de trasladar al presidente las medidas prioritarias que el Ejecutivo debería tomar para evitar ser como Grecia, y la primera la ya aludidas reducción del gasto y del déficit público. La segunda, reformar del mercado laboral, algo sobre lo que, según Rajoy, el Gobierno y los agentes sociales "han perdido el tiempo" durante dos años.
Ni en eso hay acuerdo, claro, porque Zapatero respondió luego a Rajoy que existe un "desacuerdo sobre si se debe hacer por decreto o con acuerdo de sindicatos y empresarios", y le ha recordado que la reforma laboral emprendida por el PP en la última etapa de
Aznar "no es que funcionara muy bien".
Tampoco hay acuerdo en la forma y el plazo de reducir el déficit público. Y en este punto concreto Zapatero le ha dicho a Rajoy que va a cumplir escrupulosamente y "con determinación" con el plan enviado por el Gobierno a la Comisión Europea, un plan que contempla reducir el déficit público hasta el 3 % en 2013. "Le he recordado que los compromisos para 2010 se están cumpliendo y vamos a dar información periódica al Congreso de esos cumplimientos", informó Zapatero en la rueda de prensa, criticando, además, que el PP golpee continuamente con la reducción del déficit sin tener en cuenta que eliminar los estímulos fiscales podrían poner en peligro el crecimiento económico.
En ese punto, claro, el desacuerdo es total en política fiscal: se seguirá con la subida del IVA -Rajoy y Zapatero dijeron que no habían hablado de ese asunto, pero no hacía falta-, no a las reducciones fiscales planteadas por el PP para empresas y autónomos, no la reducción permanente de 2 puntos de la cotización empresarial a la Seguridad Social, y, en fin, no a otras peticiones similares contenidas en el 'plan' del PP.
Pese a esos importantes desacuerdos, Zapatero hizo en su intervención pública una llamada de esperanza a la sociedad, porque -dijo- "hay motivos para la confianza", por ejemplo, en la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) en el primer trimestre del año que se conocerá próximamente, o que "tenemos los primeros datos positivos de salida de la crisis, de recuperación económica. Estos son datos, no rumores, no hipótesis", en clara referencia a los rumores no cumplidos sobre la deuda española que provocaron ayer un batacazo en la bolsa de Madrid.
Vea también:
Vea el acuerdo al que han llegado Zapatero y Rajoy
Vea el documento presentado por el PP
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Zapatero y la reducción del déficit
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Rajoy: "Hay que actuar ya"
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Reforma Financiera
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Reforma del Constitucional
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