Durante años y años hemos acudido a las grandes citas con aires de superioridad. Nos pasó en alguna ocasión en los 80, esa época dorada de 'buitres', mícheles y martines vázquez. También con
Clemente como seleccionador, al igual que con
Camacho. Ambos hicieron época, por mucho que caigan mejor o peor. Sin embargo, tras la fatídica etapa de
Iñaki Sáez, nuestro segundo gran éxito de la Historia del fútbol se alcanzó con
Luis Aragonés. La Eurocopa de 2008. Para entonces íbamos escarmentados y pocos esperaban este éxito.
Dos años después acudimos a la cita mundialista de Sudáfrica como, sí, gran favorita. Y basta de excusas. Somos la selección número 1 en el ranking de la FIFA, vigentes campeones de Europa, la cuna del fútbol, y tenemos 23 jugadores jóvenes, ambiciosos y llenos de talento.
Cualquiera, prácticamente, sería titular o podría serlo en Brasil, Argentina, Alemania, Italia, Francia... las siempre grandes del mundo. Pero esta vez juegan en nuestro equipo.
Xavi es hoy por hoy el mejor del planeta en mover la manijas de un equipo.
Casillas puede ser, si se centra, el mejor portero, sin discusión.
Torres y
Villa pueden acribillar cualquier portería contraria con más contundencia que ninguna otra delantera. Y nos quedan joyas de la corona sin nombrar: cracks de la defensa como
Piqué, Puyol, Ramos, Albiol... En la media, que a nadie se le olvide, tenemos a maravillas como
Alonso, Iniesta, Cèsc, Silva... una locura.
A la generación campeona de 2008 se le añaden jóvenes que vienen con ganas de comerse el mundo:
Pedrito y
Busquets del flamante campeón de la Liga, el Barça;
Navas o
Fernando Llorente, pasando por
Mata...
La conclusión no puede ser otra que La Roja tiene que ganar este Mundial. No llegar, al menos, a la final, sería un fracaso. Y no alcanzar semifinales, un rotundo golpetazo a la moral de todos. No nos valen ni los cuartos, por supuesto. Y para medio planeta, señores, que España no esté en la gran final del 11 de julio sería un fiasco. Que se lo digan a los apostantes. Y esta vez, sí, las altas expectativas sí están justificadas, no como en otras etapas pasadas. A por ellos