Y no lo hará porque
Lissavetzky va a dejar claro que su apoyo para la candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid se lo sirve a
Trinidad Jiménez, compañera en el gobierno de
Zapatero y candidata oficial de Ferraz, la dirección nacional del PSOE. Esta situación dará mucho de qué hablar, aunque aparentemente se evitará ahondar en las diferencias. Al menos, de cara a la prensa.
Así las cosas, se agranda la tensión entre el PSOE y la federación madrileña, que está viendo cómo algunas viejas personalidades del partido sí que respaldan a
Tomás Gómez, quien fuera elegido hace tres años como secretario general del PSM y haya hecho un arduo trabajo en todo ese tiempo. Fue, además, un hombre que en su momento contó con todo el beneplácito de Zapatero.
Pero como ya es sabido, en los últimos tiempos, Zapatero, a través de
José Blanco, se ha encargado de adecuar el cabeza de lista a la Comunidad de Madrid a las condiciones que creían necesarias. Es decir, a buscar un candidato con posibilidades reales de batir a Esperanza Aguirre.
Supuestamente, el sector felipista y parte del resto de la vieja guardia del PSOE estaría rebelándose a la nueva interferencia de Zapatero, apoyando así a Tomás Gómez frente a la actual ministra de Sanidad, Trinidad Jiiménez.
Incluso la prensa se hace eco, de esta manera, del artículo de
Julio Feo en
Diariocrítico. El que fuera secretario de comunicación de
Felipe González y uno de sus colaboradores más cercanos en esa época, sirvió su apoyo a Gómez en un
artículo en el que aseguraba que le votaría y, además, aprovechaba para criticar a Zapatero y el resto de la Ejecutiva de Ferraz por no respetar el trabajo de oposición de Gómez.
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