Según el dato avanzado publicado este viernes, el Producto Interior Bruto (PIB) acumula un caída interanual del 0,2%, aunque este retroceso se ha atenuado once décimas en comparación con el registrado el trimestre anterior (1,3%). Estos datos confirman la estimación que hizo el viernes pasado el Banco de España en su último boletín económico.
El INE subrayó al igual que el organismo presidido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que, de forma similar a los últimos trimestres, la actividad global modera su contracción, como consecuencia fundamentalmente de una contribución menos negativa de la demanda nacional (consumo e inversión), es decir, que se recupera ligeramente el gasto de las familias.
Desde el Gobierno no se contempla que la economía española vaya a registrar este año algún trimestre negativo, a pesar de admitir que el crecimiento del PIB durante el tercer trimestre será inferior al registrado en el segundo.Tras dejar atrás a principios de este 2010 su peor recesión en más de medio siglo y resistir entre abril y junio el acoso de los mercados financieros, el Gobierno espera ahora una segunda mitad del año algo peor que la primera por la retirada de algunas medidas de estímulo, el recorte en el gasto público y la subida del IVA. Sin embargo, no contempla volver a tasas negativas y confía en cerrar el año con un retroceso del 0,3% para volver a crecer en 2011, un 1,3%.
Sin embargo,su hipótesis contradice las previsiones de los analistas y del propio Banco de España, que aventuran una caída del 0,6% para el conjunto de 2010, apoyada en que el impacto de la subida del IVA y la retirada de medidas de estímulo van a dejarse notar en la segunda mitad del año con más virulencia. De hecho, la caída de las ventas de automóviles ya parece confirmar esta teoría, así como los indicadores de confianza empresarial, que reflejan el pesimismo de los empresarios a la hora de invertir.
El organismo supervisor también advierte en su Boletín mensual de que la consolidación de la recuperación que ha iniciado la economía, con tasas de crecimiento que "seguirán siendo débiles todavía durante algunos trimestres más", requiere "una pronta y firme instrumentación de los planes de consolidación fiscal comprometidos y de las reformas estructurales aprobadas o anunciadas".
Más aún, el Banco de España considera que el plan de consolidación fiscal está sujeto a "riesgos apreciables", pues cuestiones como el techo de gasto para 2011 o los recortes en las comunidades autónomas deben ser "detalladas". En este sentido, avisa de que "el Gobierno debe estar preparado para instrumentar medidas fiscales restrictivas adicionales si la consecución de los objetivos presupuestaros se viera en peligro".
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