En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, reiteró que se trata de un "problema puntual" y que habrá que resolver "desde posiciones conciliadoras sin caer en la tentación de no crear un problema donde no lo hay".
En cualquier caso, dijo que el principio general es el siguiente: "Respetar los usos y costumbres siempre y cuando no conculquen los derechos fundamentales ni los derechos humanos y no pongan en peligro la seguridad".
Por otra parte, señaló que el Gobierno "está trabajando todavía" en la redacción del anteproyecto de Ley de Libertad Religiosa y reiteró el triple objetivo de la reforma: adecuar la Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980, incorporar la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y garantizar la igualdad entre las confesiones así como avanzar en el principio de laicidad.
El anteproyecto, que espera esté listo "antes del verano", incorporará "criterios generales de regulación de derecho" y se fundamentará "en los pilares de la libertad y la convivencia".
Sí reconoció que incorporará la regulación de los símbolos religiosos en el espacio público, aunque el "grado de concreción está todavía por determinar".
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