Aznar pintó un panorama que, catorce años después, se repite, con sus diferencias, pero con un país azotado por una grave crisis económica que ha llevado a alcanzar más de cuatro millones de parados y un déficit público que ronda el 13%.
La presentación del libro editado por la editorial de Faes, Gota a Gota y coordinado por el ex secretario de Estado de Hacienda,
Luis de Guindos, “España en clave de prosperidad”, reunió en un céntrico hotel madrileño a dirigentes de la etapa de Aznar y de la que protagoniza ahora
Mariano Rajoy, su sucesor al frente del PP, con el que parece haber recuperado sus frías relaciones.
Uno y otro llegaron al hotel por separado, mientras Rato aparecía acompañado de Esperanza Aguirre y de un Aznar sonriente y muy bronceado. Juntos, e incluso revueltos, pudo verse en un salón abarrotado a dirigentes de la nbueva y vieja guardia, entre ellos,
Romay Beccaría, el nuevo tesorero que ha sustituido a
Luis Bárcenas, a
Jorge Moragas, o
Ana Mato, con ex ministros de Aznar, como
Margarita Mariscal de Gante, o
Pilar del Castillo, además de una nutrida representación del mundo de la empresa, como
Luis del Rivero, presidente de
Sacyr Vallehermoso,
José Manuel Entrecanales, de Acciona, o al diplomático y economista,
Fernando Shwartz.
“Lo llevan en el ADN”
Aznar, que inicio su intervención con un fallo de sonido, fue el primero en tomar la palabra. Y comenzó el ex presidente dando duro al Gobierno de
Zapatero, remontándose al año 1996 cuando el PP llegó por primera vez al poder. Como viene haciendo últimamente, Aznar comparó la situación económica en la que se encontró su equipo con un gobierno entonces con “las mismas siglas” y que resumió en tres ideas: “crisis económica, cierre de empresas y paro masivo”, que “forman parte del ADN del socialista español”.
Tanto Aznar como Rajoy recordaron que el gobierno del PP tuvo que pedir créditos a los bancos para pagar las pensiones y que luego ellos dejaron la caja de la Seguridad Social en superávit. Una situación que se ha revivido años después con el triunfo de Rodríguez Zapatero y que ambos líderes calificaron como “desastrosa”. Por ello, Aznar reclamo la vuelta del PP al poder porque - dijo- “España necesita un Gobierno serio que ponga orden en el país” con un dirigente como Mariano Rajoy, elogio que cosechó los primeros aplausos del 'respetable'. Un reconocimiento que también lo logró Rato del que dijo que “ha sido de largo el mejor ministro de Economía de la democracia española”.
Se necesitan reformas
El acento económico lo pusieron tanto
Luis de Guindos como
Rodrigo Rato. El primero, para reconocer en un primer momento que el Gobierno de Aznar no quiso hacer la reforma laboral de la negociación colectiva pendiente en 2002, “quizás porque la situación económica no lo reclamaba”. Reconoció que ese fallo devino en la profunda crisis del mercado laboral en que nos encontramos, pero recordó rápidamente que el Gobierno socialista “ha tenido cuatro años después de ganar las elecciones para realizar los ajustes pendientes”.
Rodrigo Rato, por su parte, dedicó su intervención a mencionar el aspecto de gestión de los gobiernos del PP, insistiendo en que lo que falta en el PSOE y en los gobiernos de este signo es “equipo económico”. “Sólo un equipo económico dynamico puede hacer creíble una política, y lo que es más importante siendo predecibles, con una política firme y clara desde el principio de una legislatura, es como se hace creíble y confiable al ciudadano la economía”.
Las ‘obviedades’ de Rajoy
Rajoy, que utilizó su habitual tono irónico, sentenció en su intervención que iba a decir un “obviedad, “cuando las cosas se hacen bien salen bien, y cuando se hacen mal salen mal”. La misma idea que remachó Aznar, quien antes ya había advertido que “la realidad es tozuda y se convierte en la realidad más clara, que es que hay buenas y malas políticas que hicieron posible una España más próspera”.
Aznar reclamó “políticas de libertad, de confianza, porque el problema no es España sino este Gobierno y sus políticas y de eso habla el libro”, dijo, “porque cada vez son más los españoles cansados de las excusas de un mal gobierno que solo ofrece, incompetencias y excusas”. Rato fue el más solicitado mientras De Guindos no paraba de firmar ejemplares del libro de FAES.