Mientras asume Obama, Cristina está en La Habana

Mientras los medios le brindan un protagonismo excluyente a la asunción de Obama, la gente se divide entre los más afortunados que se encuentran disfrutando de sus vacaciones y otros piensan como hacerse una escapada aunque sea por unos días para renovarse de cara al duro año que se viene, y el resto reza o para conseguir trabajo o para que su empresa no reduzca personal y quedarse en la calle.

Es por eso que salvo a los políticos o militantes activos, la asunción del flamante presidente de Estados Unidos no les va ni les viene, quizás sea por la época del año, o con más seguridad porque saben que nada va a cambiar de cara al futuro en cuanto a la situación personal.

Ahora bien, pasando a la relación que tendrá el gobierno norteamericano con el argentino, la oposición criticó fuertemente la coincidencia de la visita de la presidenta Cristina Fernández a Cuba en el mismo momento en el que se produce la asunción de Obama, considerando que es un claro mensaje sobre de que lado se elige estar, aunque también es cierto que el viaje estaba programado para la semana anterior y que por disposición médica no pudo realizarse.

La voz oficial que se pudo escuchar en estos días, es las del jefe de Gabinete, Sergio Massa, que  sostuvo que la asunción de Barack Obama como presidente de Estados Unidos "abre una nueva etapa" para la relación con América Latina, y dijo que se trata de "una etapa de esperanza y de enorme expectativa", aportando poco para este momento.

Como de compromiso afirmó que el hecho de "que le vaya bien a Obama significa que el mundo empiece a salir de una crisis fenomenal", ya que "Estados Unidos es uno de los motores de la economía mundial". 

Así entonces pasará la asunción,  con la esperanza que el nuevo presidente norteamericano pueda ayudar a salir de esta crisis financiera internacional, originada del mismísimo Estados Unidos, y lo que sí se va a festejar más que la asunción, es la salida de Bush, un personaje que se ganó el odio no solamente de muchísimos argentinos, sino también de millones de personas en el mundo entero.