Esto no es el fin de Bretton Woods

¿Qué ha quedado de la histórica reunión de Londres? Parece que, en cuanto a desembolso de dinero público para intentar paliar los efectos de la crisis, no ha habido demasiados problemas en la ‘cumbre’ del G-20. 5 billones de dólares en dos años es una cantidad astronómica, que deberá ser estrictamente controlada para evitar un mal reparto.

Será el Fondo Monetario Internacional el principal administrador de esas cantidades, lo que no deja de suscitar recelos. Porque es curioso: había quien abogaba por desactivar el Fondo Monetario Internacional y, al final, se ha hecho lo contrario: reforzarlo.

No ha habido, si se miran las cosas a vista de pájaro, sucesión del sistema instaurado hace casi medio siglo en Bretton Woods. Ni reformulación alguna del capitalismo, más allá de la denuncia -que no combate- a los paraísos fiscales, entre los que se encuentra el por muchas razones oprobio de Gibraltar.

Pero hay que leer con mucha calma el comunicado final, ocho folios en los que se combinan las medidas concretas (algunas) con la expresión global de deseos (muchos). En las próximas horas escucharemos una cascada de declaraciones, opiniones encontradas, controversias y sonido de trompetas triunfales, como las que marcaron las declaraciones finales de Obama, Brown, Sarkozy (antes, tan saltimbanqui) y, claro, el optimista antropológico Zapatero. Todos ellos, y la mayor parte de los demás miembros del G-20, trataron de infundir confianza, que es la base para superar la crisis, señalando rimbombantes que en Londres se hizo historia. Que comienza una nueva era; parece que no hay para tanto.

Habrá, repetimos, que leer muy despacio, con muchos matices y anotaciones al margen, esos ocho folios que, inexplicablemente, inicialmente sólo aparecieron en inglés. Y luego, opinar más a fondo. Lo que no se puede decir es que los líderes del G-20 no han hecho nada: al menos se han puesto de acuerdo a la hora de gastar, de supervisar (o de decir que van a supervisar), de rebautizar un organismo ya existente…y de seguir reuniéndose. Pero no quisiéramos pronunciarnos demasiado a la ligera, cuando Obama ha concluido su rueda de prensa y los ecos de las de Brown y Sarkozy, por no hablar en plan nacional de la de Zapatero, aún resuenan en las redacciones, agobiadas por tanta cifra, de los medios de comunicación. Habrá que decir, como en las series televisivas: continuará. Está claro que el nuevo orden mundial, si es que hacia ahí caminamos, no se hizo en un día. Ni en dos.