Im-presentables del martes, 1 de julio 2008

La Federación se olvidó de los campeones del 64

No es que queramos fastidiar la felicidad que embarga a jugadores, seleccionador y afición por la Eurocopa tan magníficamente ganada. Pero, como no podía ser de otra manera, el presidente de la Federación Española de Fútbol, el ínclito Ángel María Villar, tenía que dar alguna nota negativa. Caso contrario no sería él.

Y no nos referimos a su decisión tomada antes, y por tanto respetable aunque Villar ha mostrado poca cintura para rectificar, de no renovar a Luis Aragonés, que será sustituido por otro gran hombre del fútbol, Del Bosque. No. En lo que ha estado impresentable ha sido en no invitar a presenciar la finalísima a los antecesores campeones, a los únicos que hace 44 años lo habían conseguido .

Entre tanto gasto federativo -por cierto aún no se ha aclarado el lío que tiene por algunas cuentas ante la justicia el propio Villar-, y tanto ingreso por la Eurocopa, no huno unos miles de euros para que los campeones de Europa de 1964, Pereda, Iríbar, Marcelino, Amancio etc.presenciaran en Viena el España-Alemania. Eso sí, ninguno de ellos, con mayor elegancia que los federativos, ha querido hacer declaraciones negativas al respecto. No son impresentables como otros.

Horarios "improductivos", "atrasados" y "machistas"

La Unión Europea pretende dar mano libre a las empresas para llegar a implantar jornadas de trabajo que podrían llegar a las 65 horas y afortunadamente, de momento, España no contemplará estas medidas. Sin embargo, los horarios laborales de nuestro país, tampoco son perfectos.  El presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, Ignacio Buqueras, afirmó este martes que "las largas jornadas de trabajo" propias de las empresas españolas son "improductivas", "de otra época" y "machistas", ya que "perjudican gravemente a la mujer".

   Buqueras, que participó en el curso de verano de la Universidad Complutense 'Conciliación de la vida laboral y personal y competitividad', defendió unos horarios laborales más flexibles que permitan conciliar la vida personal con la laboral. Para el presidente de la Comisión Nacional, "la productividad no está vinculada al número de horas" sino a la "eficiencia". "Parece que lo importante en España es estar en la empresa y hay personas que están confundiendo estar en el lugar de trabajo a estar trabajando, que son dos cosas completamente diferentes", indicó.

   Así, señaló que, en una cultura donde se prime la "eficiencia e incluso la excelencia" por encima del "presentismo", lo importante son los resultados más que las horas. "Estar más horas es tercermundismo", enfatizó.



En contra del triunfo

Cada uno puede tener el sentimiento nacional que quiera. Y sentirse español, vasco o catalán. Es la libertad de cada persona. Pero como se suele decir, siempre desde el respeto -porque hablar de legalidad es una obviedad- y el deseo de mantener una convivencia con los demás.

Lo decimos porque no se entiende que para protestar contra la Selección, se han visto episodios tan nefastos como que en Barcelona, las juventudes de Esquerra Republicana pusieron en algunas sedes banderas alemanas -las de la selección rival en la final de la Eurocopa-.

Y en Bilbao, la gente que celebraba la victoria sin alterar el orden público, no como sucedió en la capital, tuvo que ver cómo la Ertzaintza los intentó disolver como si fueran alborotadores. Cada cual piense lo que quiera, pero no era el momento ni de una cosa ni de otra.

También nos pareció excesivo el engalanamiento de la capital para recibir a los vencedores. Si se hubiera regulado mejor lo de Madrid hubiera sido más sensato, sobre todo de cara al tráfico y a los sufridores de siempre, que a lo mejor no comparten el entusiasmo por un triunfo deportivo, al fin y al cabo. Se podía haber organizado un poco mejor la manifestación de alegría sin paralizar Madrid como estuvo toda la tarde. Y esto sin dejar de elogiar a la gente porque el comportamiento general fue maravilloso. Lo que ocurre es que por A o por B, la ciudad está siempre patas arriba…

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