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La economía vasca, en declive

La economía vasca, en declive

martes 16 de diciembre de 2008, 20:01h
El pasado 17 de noviembre la vicelehendakari del Gobierno vasco presentaba a los periodistas los mas recientes datos sobre la situación económica proporcionados por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Por primera vez la vicelehendakari aseguró que la economía vasca estaba asistiendo a "un serio proceso de contracción de su crecimiento" pero añadiendo que el ejecutivo vasco mantenía la previsión de un crecimiento del 2,3 %, o al menos más de un 2 %, para el cierre del presente ejercicio, y que el PIB vasco había crecido en el periodo interanual un 1,9 % frente al 0,9 % de la media española, el 0,8 % de Alemania, o el 0,6 % de Francia.
Los periódicos vascos revisaron las cifras y concluyeron que, a pesar de las grandes exhibiciones y planteamientos optimistas del lehendakari Ibarretxe, "desgraciadamente la crisis ya nos ha alcanzado": en el tercer trimestre del año la economía vasca había crecido "sólo" un 0,3% respecto al trimestre anterior. Y, ya "en tiempo real", aparecen por un lado y otro informaciones de cierres temporales o de vacaciones forzosas en las grandes fábricas como Fagor, Arcelor, Maier y empresas de complementos del automóvil , básicas en la economía vasca que suponen un etc.etc de crisis sectoriales que no podemos prever todavía.

    El gobierno vasco venía manteniendo machaconamente desde el comienzo de la crisis, -por convencimiento, por estrategia de gobierno, por motivaciones estimuladoras nacionalistas- , que la economía vasca está preparada para superar la tormenta económica con más éxito que la economía española y que las otras economías europeas.

     Esta fortaleza se debería primero a que la economía vasca se basa en una industria muy renovada tras las recientes transformaciones que ha sufrido en la década de los 90, (modernizándose tanto en sus objetivos y sistemas de producción cuanto en la diversificación de sus mercados en España, Europa y fuera de Europa, en Suramérica y Asia sobre todo); segundo, la industria vasca ha diversificado sus objetivos y no dependía tanto del ladrillo como la economía española; tercero, la inversión en I+D había crecido espectacularmente (1.090 millones de euros, 20% + que en 2007); cuarto, el paro era relativamente bajo: 6,27% (o según el Eustat el 3,5%).

     El entramado industrial vasco, tanto en la empresa "familiar", pequeña o mediana, guipuzcoana, como en la tecnologizada industria vizcaína y alavesa, siguen gozando de un entorno sociopolítico- económico estabilizado y competitivo especialmente favorable (a pesar de la tragedia del terrorismo etarra que también se ha cebado en los empresarios vascos).



El carácter emprendedor de los vascos, la capacidad "negociadora- pleiteadora- organizadora" de los vascos, los beneficiosfiscales y el margen de maniobra política y económica que el Concierto les concede, ha proporcionado a los vascos una situación "privilegiada" en el Estado (la enorme potencia de Eroski, la expansión de las Kutxas, Iberdrola etc. etc.). Su iniciativa les lleva por el mundo pero saben que en casa tienen sus raíces y que, a pesar de los nacionalistas, pueden confiar en el Estado español moderno : les ha defendido en Europa, y ahora ha aportado ya dinero: 150 millones de Euros en la subasta de fondos para liquidez de las kutxas y cientos de millones para la llamada "Y vasca".

 Curiosamente el gran relanzamiento de la industria vasca coincide con el gran revolcón de la economía mundial y con unas elecciones políticas interiores en el próximo mes de marzo en las que el PNV se juega -por desgaste y abuso de poder- el liderazgo al frente de la política vasca.

 Las fuerzas nacionalistas vascas están divididas y en descrédito al menos en el exterior (de ahí tantos viajes del lehendakari por el extranjero) por sus implicaciones, su condescendencia o su inoperancia con la violencia etarra y esto, tal vez, puede actuar sobre el electorado. Pero "el nacionalismo es un refugio contra el miedo". Si se va "a por ellos" como en el 2001, la gran red de intereses que han sabido crear a todos los niveles se cerrará y volverá a darles el poder: se vive muy bien en el País Vasco. Si los socialistas –la otra fuerza cohesionadora - saben exponer con seriedad y objetividad sus programas modernos y moderados pueden obtener la confianza. Falta por ver qué hará la "tercera" fuerza que tanto miedo da, si se mira hacia atrás y hacia Madrid.

Una crónica de J. L. Torres Murillo, autor de "Vascos / El problema no es ETA / Razones y sin razones de los nacionalismos"
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