www.diariocritico.com

Madrid

La "batalla de Madrid": una tormenta en un vaso 'malayo'

viernes 18 de mayo de 2007, 19:18h
Reconocen hasta en el PP, que Miguel Sebastián, el hombre que llegó en paracaídas -él mismo se ofreció para ir a un matadero que otros muchos rechazaron-, ha ido incrementando su prestigio y buena imagen a medida que ha ido saliendo de la clandestinidad absoluta hasta el relativo desconocimiento por parte de la opinión pública en el que hoy vive. Pero, claro, ante las elecciones municipales madrileñas, el que fuera director de la oficina económica de La Moncloa, principal asesor económico de Zapatero y, antes, defenestrado jefe de estudios del Banco Bilbao Vizcaya, no tiene nada que hacer… y acaso por eso ha sacado de la ‘operación Malaya’ a la abogada Montserrat Corulla y su amistad personal con Alberto Ruiz-Gallardón.
 Lo de la relación Corulla-Ruiz-Gallardón ha sido un golpe bajo al actual acalde de Madrid. Dicen en el PSOE que el primero en tirar la piedra fue Gallardón con sus insinuaciones y desprecios por la Oficina Económica del presidente del Gobierno, por lo de Arenillas, por lo de la CNMV y Conthe y por otras lindezas más. Pero lo de Corulla, el que se la ligue de esa forma al alcalde, el que se vea su foto en televisión, y además en la nacional, debe tener su aquél más profundo, habida cuenta de la reacción indignada de Gallardón.

Antes, Miguel Sebastián era, simplemente, una incógnita para la mayoría de los madrileños, mientras Ruiz-Gallardón estaba en la cúspide de la popularidad... sin contar con que llegó el momento de las grandes inauguraciones, que están haciendo ya, según cree ver el dinámico edil, que los ciudadanos olviden los muchos sufrimientos, no todos imprescindibles, que el ‘estado de obra permanente’ les ha hecho padecer.

 Ahora, la campaña no está más clara que antes para Sebastián, a pesar de ‘Corullas y malayas’: no tiene la ayuda de IU, menos unida que nunca, ni tampoco cuenta, según las encuestas, con el inexistente tirón de Rafael Simancas en la Comunidad. Porque, de manera inexplicable para muchos, Zapatero resolvió –el partido en Madrid pinta bastante poco- mantener a Simancas a pesar del desgaste sufrido en el fiasco de 2003, cuando el candidato socialista se veía ya presidente de la Comunidad madrileña y se encontró, de pronto, con la traición -todavía hoy insuficientemente explicada- de dos tránsfugas que dieron al traste con sus planes.

 Lo que ocurre es que el adusto Simancas se retrató bastante en los días en los que se vio con el poder en la mano: amenazó a los que estaban en Caja Madrid y en Telemadrid, dejó escapar ribetes de autoritarismo y prometió zanahoria abundante al amigo y palo sin misericordia al rival. Lo que ocurrió después ya se sabe: se quedó sin Presidencia, perdió las elecciones repetidas, las heridas siguen sin cerrar y la sombra de una corrupción urbanística galopante en la capital y en los pueblos de la CAM se ha extendido sobre las conciencias.

Ningún sondeo concede a Simancas la posibilidad de arrebatar la mayoría absoluta a Esperanza Aguirre, que se mueve segura de su popularidad y como si no albergase la más mínima duda sobre su triunfo en las urnas de mayo, unas urnas que elegirán a nueve parlamentarios más a consecuencia del aumento de la población. Para colmo, las peleas intestinas en el aliado de los socialistas, Izquierda Unida, amenazan con cooperar no poco a una elevada abstención en las filas de la izquierda.

 Y eso que no todo es paz en el PP madrileño. Las diferencias entre los dos vicepresidentes de la CAM son más que públicas, lo mismo que entre el vicepresidente primero, Ignacio González, y algún consejero de peso.

 Pero todo lo tapa el carisma de la presidenta, Esperanza Aguirre, que muestra cada día su ausencia de complejos ideológicos y pasa por encima de rivalidades internas. Ni siquiera esconde, cuando no quiere hacerlo, su antipatía por el ambicioso Ruiz-Gallardón, un hombre que difícilmente admite que alguien le haga sombra. Y Aguirre se la hace.

 En la sede de la Puerta del Sol, el emblemático 'kilómetro cero' hoy en estado de obras y prácticamente intransitable, se han manejado encuestas que aseguran que la siempre sonriente 'Espe' es ahora el personaje más popular entre los 'populares', valga la redundancia. Mas que Mariano Rajoy, Acebes, Zaplana o que el mismísimo José María Aznar. Más, desde luego, que Ruiz-Gallardón, a quien muchos madrileños ven como un recaudador insaciable aquejado de un cierto faraonismo.

 Claro que Aguirre es lo suficientemente inteligente como para conocer sus limitaciones. Ni siquiera sus más íntimos han oído de la presidenta madrileña que aspire a presidir algún día el PP. Ni su extracción social, ni sus carencias culturales, ni el aire excesivamente conservador que da a sus planteamientos de fondo -aunque ahora trate de corregirlo-facilitarían que subiese el peldaño que la convirtiese en aspirante al sillón de La Moncloa. Además, en ese ascenso se encontrará con Rajoy, con quien mantiene unas magníficas relaciones.

 Pese a todo, el nivel de la campaña que ya está en su ecuador no es, como siempre ha venido ocurriendo, demasiado alto. Total, para qué, si las cosas van bien, la economía crece y a nadie parece preocuparle el deterioro del medio ambiente...
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios