Interior indicó que, en estos momentos, se está procediendo a las investigaciones correspondientes para tratar de identificar a los miembros del comando y proceder a su detención.
A última hora de la mañana de este jueves, agentes de la Ertzaintza inspeccionaron un turismo Rover, que había despertado sospechas, ya que llevaba tiempo estacionado en el mismo lugar. Al analizar el interior del vehículo, los agentes detectaron diversas manchas de una sustancia que posteriormente, tras los oportunos análisis, se comprobó que era un componente químico utilizado en la fabricación de explosivos. En el maletero del vehículo eran localizadas también unas placas de matrícula falsificadas.
Poco después, a unos cien metros de donde se encontraba el automóvil, los ertzainas localizaron un bidón conteniendo aproximadamente casi 100 kilogramos de explosivos, en su mayor parte amonal, reforzado con otras sustancias.
Tras ser inspeccionado por los especialistas se comprobó que el bidón era en realidad un artefacto explosivo ya preparado y dispuesto para ser utilizado de manera inmediata y al que solo faltaba añadir el sistema detonador.
Por otra parte, dentro del maletero del vehículo, fueron encontrados igualmente diversos objetos, incluyendo numerosas piedras de pequeño tamaño, que, al parecer, habían sido preparadas para ser utilizadas como metralla para el artefacto.
Según las primeras indagaciones de la Ertzaintza, el automóvil y el artefacto habrían sido abandonados por el mismo comando de ETA que preparó el zulo encontrado en Amorebieta el pasado diciembre.
Interior explicó que en el zulo fueron encontrados en su momento diversos elementos comunes con el hallazgo de este jueves, como la propia tapa del artefacto explosivo. El vehículo ha sido retirado a dependencias de la Ertzaintza para realizar diferentes análisis a cargo de los especialistas de la Policía.
Balza
Días después de la localización del zulo de Amorebieta, así como del hallado ese mismo día en Ezkio-Itsaso, Balza mostró su preocupación por estos descubrimientos porque venían a demostrar que los movimientos de ETA no se circunscribían sólo a Francia, sino también a Euskadi, donde, hasta ese momento, no se habían detectado.
"Son un signo muy preocupante, porque, hasta ahora, conocíamos movimientos de ETA en la parte francesa, pero este es el primer movimiento que hemos constatado en ETA, bien sea en Euskadi o en el Estado", manifestó días después de la localización de los zulos. Balza precisaba que la aparición de los zulos evidenciaba que la banda almacenaba y manipulado explosivos "al lado de casa".