Son tres los candidatos con más posibilidades de pasar a la segunda vuelta y alzarse con la victoria, siempre según los sondeos. Aunque todos ellos alardean de saber cómo reinventar Francia y crear una Sexta República, también todos dicen ser los únicos capaces de hacerlo y que de no ser ellos los artífices, se avecinará el desastre.
La república es una potencia mundial, pero los aspirantes al Eliseo dan de ella una imagen debilitada y desgastada en la campaña. Paradójicamente, Sarkozy, recién ex ministro del actual gobierno, quiere romper con el modelo anterior –que es éste- y en el que él ha contribuido activamente, con levantamientos populares incluidos.
Royal confía hasta el final (con fecha 6 de mayo) en la segunda vuelta. Mientras su principal opositor no se puede pasear por el 30% del territorio francés, la candidata socialista aprovecha su imagen trabajada de mujer solidaria y justa para llevarse de calle a los desfavorecidos de los barrios periféricos.
Cuando parece que todo cuadra, el incansable ‘tercer hombre’ y sus seguidores apelan al factor sorpresa. François Bayrou, candidato de centro, no hace caso, con buen criterio, a los estudios de opinión y confía en llegar a la segunda vuelta.
Los sondeos parecen reflejar un futuro cierto e innegable, pero más del 40% del electorado no sabe por quién votará e izquierda, centro y derecha aspiran también a convencer al 20% del electorado que vota por primera vez en estas elecciones presidenciales.